De una cosecha "récord" han pasado "en apenas 24 horas" a otra "normal en cantidad" y de calidad desconocida. Es el drástico cambio que han provocado las tormentas y las inundaciones en las previsiones de la Denominación de Origen Campo de Borja. Las primeras estimaciones de su presidente, Pedro Aibar, hablan de pérdidas de tres millones de kilos de uva, lo que se traduciría en 1,2 millones de euros, y numerosos daños en las infraestructuras.

Pero además de la pérdida económica, está también la moral, ya que los destrozos se producen a las puertas de la Fiesta de la Vendimia, que se celebrará el día 15 en Ainzón, y que marca el inicio de la recolección de la uva. Sin ir más lejos, esta semana estaba previsto empezar a recoger ya el Chardonay y el Moscatel, y ahora la campaña se va a retrasar aún varias semanas.

Como recordó Pedro Aibar, las previsiones para este año hacían presagiar una cosecha histórica que bien podría haber superado los 32 millones de kilos de uva, lo que habría supuesto un incremento del 23% respecto al 2003. "Pero en 24 horas se pasa de un extremo a otro".

Con voz temblorosa y visiblemente afectado, Aibar, relató que el martes "fue un día durísimo, en el que fue muy difícil dar palabras de consuelo a los viticultores con sus explotaciones totalmente dañadas".

Según los datos de la denominación, entre las 21.00 horas y las 24.00 horas del día 6, cayeron en Borja 205 litros por metro cuadrado, y entre 250 y 300 litros por metro cuadrado en Magallón. Unas cantidades de agua "atípicas" en la comarca que han inundado 500 hectáreas de viñedo y se han llevado por delante tres millones de kilos de uva. Ahora, la denominación de origen espera recoger entre 27 y 28 millones de kilos de uva, "una cosecha normal en kilos, pero en lo referido a la calidad se abre un interrogante". "Además, --añade Aibar--, recoger la uva en esos campos anegados va a ser casi imposible y más costoso".

A LARGO PLAZO Sin embargo, más allá de los daños ocasionados en la cosecha, el presidente del Campo de Borja se mostró preocupado por los destrozos en las instalaciones. "Las pérdidas suponen 1,2 millones de euros para el viticultor que, además, ha de hacer frente a un problema mayor que es la rotura de infraestructuras, que ha sido tremenda", agregó.

En este aspecto, Aibar señaló que el consejero de Agricultura y Alimentación del Gobierno de Aragón, Gonzalo Arguilé, y el nuevo director general de Agroalimentación, Pedro Orduna, ya visitaron la zona el martes para "hacer un primer análisis de la situación".

Sin embargo, para evaluar los daños en las infraestructuras, la DGA ya se ha puesto en contacto con la denominación para comunicarles que técnicos de Sirasa recorrerán la zona en los próximos días. Según Pedro Aibar "los daños en las infraestructuras estarán muy por encima de los ocasionados en la propia cosecha".

Para finalizar, Aibar también se refirió a los trámites que hay que iniciar ahora para cobrar los seguros y precisó que "afortunadamente, en nuestra zona hay un nivel de aseguramiento muy alto para heladas y pedrisco".