Las Bases de la Política del Agua, además de apostar por la consolidación de regadíos ya existentes, defiende la necesidad de ampliar la zona regable. Y considera que ese objetivo implica la ejecución de determinadas obras de regulación.

Así, la base número 46 aboga por los embalses de Biscarrués, Susía (alternativo a Jánovas, que no superó el impacto ambiental), Los Alcamines, Valtejedores, Valdepatao, Molí de las Rocas, Mora de Rubielos y el de cola en el canal de Bardenas.

También apuesta por las presas de Alcanadre, Carabán, Trasobares, Espejo, Las Umbrías y Valcodo, y por la regulación adicional del Gállego.

Esa misma base 46 recuerda que todo proyecto debe conllevar una evaluación ambiental y una restitución territorial de la zona afectada; destaca que deben priorizarse actuaciones relacionadas con el Plan Nacional de Regadíos, y exige "un acuerdo social razonable" para cualquier embalse que se ejecute.