La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Este principio básico refleja de forma nítida la hoja de ruta que inicia Aragón en este 2019. El fin del carbón y la eclosión de las energías renovables en el territorio de la comunidad serán los grandes protagonistas de un año en el que también estarán en primera línea de la economía el lanzamiento del Corsa eléctrico en la planta de Opel España, el auge del sector porcino, la resurrección de la logística como elemento clave en el desarrollo de Aragón y... las elecciones autonómicas y municipales de mayo. El cóctel promete.

Si Aragón tuviera que escribir una carta a los Reyes Magos, lo más probable es que pidiera carbón, por paradójico que pueda parecer. Pero como eso parece imposible, habrá que esperar un buen plan de futuro para la comarca de Andorra, a través de fondos europeos, inversiones locales, compensaciones razonables por parte de Endesa y facilidades para hacer más atractiva la zona (beneficios fiscales, suelo a precio muy competitivo y formación, entre otras medidas) para empresarios e inversores. La tarea no es fácil, pero para lograrlo se necesitará el concurso de todos. Por lo pronto, los trabajadores del sector recibirán el año con movilizaciones.

En medio de esta tormenta, el sector de las energías renovables se frota las manos. La inversión prevista para este año en eólica y fotovoltaica no tiene parangón en Aragón, con más de 175 proyectos y cerca de 5.000 megavatios (MW). Eso, sin contar los planes de Endesa para la comarca de Andorra y sin conocer todavía qué resultados arrojará la nueva subasta del Ministerio, prevista para este año.

Por tanto, Aragón vivirá un cambio de modelo en lo energético, aunque lo más probable es que esta metamorfosis no tenga un claro reflejo en el mercado laboral, que seguirá creando empleo, aunque menos que en los dos últimos ejercicios. Según las previsiones de distintas entidades, organizaciones e instituciones, el PIB regional crecerá entre el 2,5 y el 2,7% en la comunidad.

Vehículos y cerdos

Gran parte de ese dinamismo vendrá de la mano del automóvil, que puede cerrar un ejercicio récord con 485.000 unidades fabricadas en Opel España y con el lanzamiento del coche eléctrico. Las auxiliares ya engrasan la maquinaria en un año en el que también se pondrá en marcha el Mobility City, una de las iniciativas más vinculadas con el cambio de modelo en el sector del automovil y de la movilidad en general.

El otro gran protagonista será el cerdo. En el 2019 se inciarán las obras del macrocomplejo de BonÁrea, que invertirá 400 millones y creará más de 4.000 empleos en Épila. Pero el reguero de empresas del sector con inversiones activas, que superarán los mil millones, es innumerable.

La explosión de la agroalimentación y del sector cárnico en Aragón también está vinculada de alguna forma a la exportación. Y en este terreno, China tiene mucho que decir. Los grandes grupos del porcino han puesto el foco en el gigante asiático, que podría traer sorpresas en este 2019 a la comunidad si, finalmente, cristalizan los contactos mantenidos en los últimos años entre el Ejecutivo de Lambán y China. La plataforma logística de Zaragoza (Plaza) agradecería que fuera así, ya que anhela el aterrizaje de un operador de comercio electrónico en sus suelos. ¿Alibaba?, es posible. ¿Amazón?, también.

Otro de los frentes abiertos será Ibercaja. El banco aragonés saldrá a bolsa, casi con toda seguridad, a lo largo del 2019. Y eso, sin duda, será otro hito para la economía de Aragón. Mientras, la entidad avanzará en su proceso de digitalización. Otro cambio de modelo en todo el sistema financiero español que amenaza los empleos de miles de trabajadores de banca.

Menos temporalidad

Si Aragón tuviera que escribir una carta a sus majestades los Reyes Magos, en la misiva también tendría cabida la reducción de la temporalidad del mercado laboral que roza el 90% de los nuevos contratos. Y eso, a pesar de que el año comienza con una subida del salario mínimo a niveles desconocidos (900 euros). Habrá que ver en el 2019 cómo influye esta medida en las empresas y en el mercado laboral. Lo que sí está claro es que alegrará los bolsillos de los aragoneses con un salario más ajustado (el 25% cobra menos de mil euros, según un reciente estudio de CCOO). Y eso, indudablemente, tendrá un efecto en el consumo y en la demanda interna, que han tomado el relevo de la industria en el tramo final de este 2018. Mientras tanto, cruzaremos los dedos para que el año sea favorable y la política no nos traiga más sustos.