El crecimiento demográfico en Aragón sigue estancado. La tasa bruta de natalidad en la comunidad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se sitúa en 8,6 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Es el dato más bajo registrado en los últimos doce años, desde el 2002, cuando el indicador se situó en el 8,5. También es una tasa menor a la nacional. En el 2014 el número de nacimientos aumentó un 0,1% en España, pero Aragón se sitúa en la mitad baja de la tabla, con solo seis comunidades con peores registros.

Pero el dato que mejor dibuja la despoblación y el progresivo envejecimiento de la población en la comunidad autónoma es que en 356 municipios no nació ningún niño el año pasado. Por provincias, la mayor parte se la lleva la provincia de Zaragoza. En 163 localidades --el 55% del total-- ninguna mujer dio a luz. En Teruel también más de la mitad de sus pueblos --un 54%, 127 municipios-- pasaron el 2014 sin escuchar el llanto de un recién nacido. Y, paradójicamente, a pesar de tener la tasa de natalidad más baja, en Huesca solo un tercio de sus pueblos (66) no registraron alumbramientos.

A esos 356 municipios sin bebés en el 2014 se suman los 119 que solo registraron un nacimiento. Por lo que, del total de 738 localidades en Aragón, según el INE, solo en el 35% nacieron dos niños o más. Es decir, de seguir así, solo un tercio de los pueblos aragoneses puede garantizar un cierto mantenimiento de las escuelas rurales y mirar de reojo al futuro.

Según Ángel Pueyo, profesor titular del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, la bajada de la natalidad en Aragón es una "situación coyuntural" que no tiene por qué expresar un cambio de ciclo. Según Pueyo, "el envejecimiento de la población comenzó en la década de los 80" y lo que se observa ahora es una continuación de ese proceso que se vio mitigado "por los procesos migratorios que comenzaron a mediados de los años 90 con la llegada de extranjeros jóvenes a España y también a Aragón", indicó.

PROVINCIAS Y COMARCAS

Teruel había sido en los últimos quince años la provincia con una tasa menor de alumbramientos. En 2014, sin embargo, Huesca le arrebató el puesto. Paradójicamente, la comarca que experimentó un mayor crecimiento demográfico se encuentra en esta provincia. Cinca Medio es, junto con Zaragoza, el territorio en el que más madres dieron a luz durante el 2014: 9,6 por cada 1.000 habitantes. Un escenario que no se puede comparar en términos absolutos --en Zaragoza siempre nacerán más bebés-- pero que en términos relativos dibuja la misma realidad: las poblaciones de ambas zonas son el empuje demográfico de Aragón. Incluso están por encima de la media nacional, algo destacable en una comunidad autónoma en la que las principales características de su población son la dispersión y el envejecimiento. Con Cinca Medio y Zaragoza, las comarcas de las otras capitales de provincia, Valdejalón y el Bajo Aragón --que aglutinan las localidades con más habitantes aparte de las ciudades-- son la locomotora del crecimiento poblacional en la comunidad.

Las comarcas que, por el contrario, viven el escenario más crudo de la despoblación y el envejecimiento son Campo de Belchite --con 2 nacimientos por cada 1.000 habitantes--; Campo de Daroca --con una tasa de 3,2--; la Sierra de Albarracín, el Aranda y el Bajo Martín (cuyas tasas se sitúan, respectivamente, en 3,8; 3,9 y 4,3 nacimientos por cada 1.000 habitantes).

La comparación con los datos de 2013 no es optimista. Veinte comarcas han reducido su tasa de alumbramientos. En los casos más dramáticos como Campo de Belchite, Bajo Martín, Campo de Daroca o La Ribagorza, el descenso ronda valores entre el 30 y el 40%.

A pesar del envejecimiento de los aragoneses y de los malos datos natalicios en decenas de municipios, hay casos excepcionales. En Campo de Borja nacieron casi un 40% más de bebés el año pasado que en el 2013. En la Ribera Baja del Ebro y en las Cuencas Mineras el incremento fue de un 20%. Pero los casos más espectaculares --no por su valor absoluto sino relativo-- son Ainzón y Luceni. En esta localidad de la Ribera Alta del Ebro, los nacimientos se multiplicaron por 16 del 2013 al 2014. Y en Ainzón, pasaron de un bebé a siete.