Aragón cultiva la cultura del pacto para vacunarse contra las adversidades que asoman en el escenario económico, que están provocando una desaceleración general del crecimiento cuyo profundidad está por ver. El Ejecutivo autonómico firmó ayer una nueva declaración institucional en torno al diálogo social con las organizaciones empresariales (CEOE y Cepyme) y sindicales (UGT y CCOO) de la comunidad, un documento que marca la hoja de ruta que debe seguir la comunidad en materia socioeconómica. El acuerdo marca como «prioridad absoluta» de esta legislatura la creación de empleo de calidad, junto a otros retos como la apuesta por la innovación y la digitalización, el fomento de la formación profesional, el enriquecimiento de la negociación colectiva, el desarrollo de un entorno favorable para las empresas y las políticas sociales.

El documento fue rubricado en la sala de columnas del edificio Pignatelli por la consejera de Economía, Planificación y Empleo, Marta Gastón, los presidentes autonómicos de las patronales CEOE y Cepyme, Ricardo Mur y Aurelio López de Hita, y los secretarios generales de UGT y CCOO en la comunidad, Daniel Alastuey y Manuel Pina.

El acto contó con la presencia del presidente de Aragón, Javier Lambán, quien afirmó que este consenso abre una «nueva etapa de colaboración y sintonía» entre la DGA y los agentes sociales. Esto, unido a la pujanza de sectores estratégicos como la agroalimentación, la logística, las renovables o el turismo, hacen -aseveró- que la comunidad «esté en mejores condiciones» para atenuar el frenazo económico.

UNA AUTONOMÍA EN PAZ

De hecho, se han cumplido 30 años desde la firma del primer acuerdo socioeconómico de la comunidad en 1989, que supuso la materialización de un cauce de participación de empresarios y sindicatos en la toma de decisiones y la gestión de la administración autonómica. Con ello, se convierte en la única autonomía española que de manera ininterrumpida y con gobierno de diferente color político ha conservado este instrumento de entendimiento, que ahora además está institucionalizado tras la aprobación por unanimidad en la pasada legislatura de la Ley de Diálogo Social.

El nuevo pacto señala tres grandes desequilibrios que insta a corregir en materia de infraestructuras, mediantes la reclamación al Estado de «un mayor esfuerzo»; en despoblación, a través de iniciativas económicas y sociales; y en financiación autonómica, donde se apuesta por un m nuevo sistema «que garantice suficiencia» e impida la «competencia desleal» entre comunidades. Los firmantes también se conminan a que todas las acciones que se desarrollen persigan los objetivos de desarrollo sostenible.

Gastón destacó que se trata de una «herramienta útil» para capear las dificultades que llegan del contexto internacional, como el brexit y las guerras comerciales, y confió en que sirva para construir en la comunidad el «mejor sistema socioeconómico posible» y reducir las desigualdades. La consejera incidió también en el «compromiso» para mejorar la calidad del empleo y los programas para la inclusión laboral de colectivos desfavorecidos como parados de larga duración, personas con discapacidad, jóvenes y mujeres.

NEGOCIACIÓN COLECTIVA

Desde los sindicatos, Alastuey (UGT) denunció que la última crisis ha ensanchada la «brecha social» y confió en que el acuerdo sirve recuperar el nivel de empleo que había en la comunidad antes de la última crisis. Destacó asimismo la apuesta por mejorar la negociación colectiva recogida en la declaración, por lo que instó a hacer «todo lo posible» para que los convenios colectivos «sean de más calidad» y lleguen a más trabajadores.

Para Pina (CCOO), los 30 años de acuerdos socioeconómicos que «demuestran con hechos» que Aragón es «tierra de pactos». En su opinión, el nuevo modelo de trabajo introducido en el anterior pacto -el firmado en el 2015- y continuado en el actual ha sido positivo al convertir el diálogo social «en algo práctico».

Desde el flanco empresarial, López de Hita (Cepyme) aseguró que esta declaración es «la envidia de muchas comunidades autónomas, que no entienden cómo somos capaces de sentarnos todos a una mesa, ceder un poquito y que Aragón siga una línea ascendente». En la misma línea, Mur (CEOE) remarcó que la estabilidad es un activo que este territorio que «debe explotarse más frente a los que ocurre en otras comunidades vecinas» y que está supliendo «la falta de un gobierno» en España.