Aragón es la comunidad autónoma con menos alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (acneae) registrados. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación, correspondientes al curso 2016-17, apenas el 3,8% del los escolares no universitarios de la comunidad presentan esta necesidad, lo que supone el índice más bajo de España. Solo Madrid (3,9%) se acerca a este porcentaje, muy por debajo de la media nacional (7,1%) y a años luz de Navarra, donde casi uno de cada cinco alumnos requiere ese apoyo específico.

En la comunidad, este 3,8% se divide en alumnos con necesidades educativas especiales (Acnee) asociadas a discapacidad y trastornos graves (2%), altas capacidades intelectuales (0,1%), integración tardía en el sistema educativo español (0,2%) y otras categorías (1,6%). En total, Aragón cuenta, según el ministerio, con 3.322 niños acneae (2.473 en Zaragoza, 611 en Huesca y 238 en Teruel). La mayor cantidad se detecta en ESO (1.630), mientras que en Primaria son 1.192 los niños con necesidad de apoyo educativo. En Infantil se añaden 228 más, 67 en Formación Profesional Básica, 17 en Bachillerato, 5 en FP y 183 en otros grados formativos.

TIPOS

Por tipos, prácticamente la mitad de estos niños (1.667) presenta una desventaja socioeducativa, 965 sufren un trastorno del aprendizaje, otros 535 padecen problemas con el lenguaje y la comunicación, 129 un retraso madurativo y 26 más requieren apoyo ante el desconocimiento de la lengua.

El 83,5% del alumnado español con necesidades educativas especiales (el mayor grueso de todos los que requieren apoyo específico) se encuentra integrado en unidades escolares ordinarias, mientras el 16,5% restante está en centros y unidades específicas. Por comunidad autónoma existen variaciones, aunque en la mayoría se supera el 80% de alumnado integrado, destacando Galicia y Navarra con más del 90%. Sin embargo, este porcentaje apenas alcanza el 77% en Aragón, lo que sitúa a la comunidad a la cola del país, solo por delante de Cataluña y Extremadura.

Este colectivo se diferencia de los acneae en que esas atenciones y apoyos derivados de trastorno o discapacidad se requerirán a lo largo de toda su escolarización o al menos en gran parte de ella. En Aragón, la mitad de los más de 3.000 alumnos con esta necesidad especial sufren una discapacidad intelectual. El siguiente colectivo más numeroso lo conforman niños con trastornos generalizados del desarrollo (589) y algo más de 300 sufren una discapacidad motora. El número de chicos que precisa estas necesidades especiales duplica al de chicas.

Sin embargo, la cantidad de niños que requieren este apoyo específico podría ser mucho mayor. Al menos, así lo aseguran los orientadores aragoneses, que son los que elaboran los informes de detección de estos alumnos en los centros escolares. «El problema es que la legislación y la realidad van por caminos distintos. Los orientadores tenemos la atribución de determinar qué alumnos tienen necesidades especiales pero luego la inspección debe ratificar esos informes, que, en muchos casos, echa atrás, con lo que el sistema se pervierte. No tiene sentido. Es como si unos médicos diagnosticaran un problema de salud y luego alguien que no lo fuera tuviera que ratificarlo», sostiene Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía.

Ese problema, según Planas, alcanza tanto a Aragón como al resto del país. «Hay inspectores que tienen distintos criterios e intentan que haya menos casos que los reales porque cuanto más se detecten más recursos deben derivarse», insiste Planas.

Pero hay otro factor que, en su opinión, contribuye a que no salgan a la luz todos los alumnos con necesidades. «Existe una precarización de recursos en cuanto a orientadores y a profesorado que atiende a la diversidad. Se prima la economía y eso no puede ser. Estamos fracasando», asegura.