La aplicación de un impuesto a las bebidas azucaradas por parte del Gobierno de Aragón permitiría ingresar más de seis millones de euros en las arcas autonómicas. Eso, en el supuesto de que la legislación fuese idéntica a la que se aplica en Cataluña, donde se aplican dos tramos: uno con 0,08 euros por litro a las bebidas que tienen entre cinco y ocho gramos de azúcar por cada 100 mililitros; y el segundo incrementa 12 céntimos las bebidas azucaradas con más de 8 gramos por cada 100 mililitros.

Los ingresos autonómicos serían, por tanto, de 6,4 millones, según los datos que refleja la estadística del INE sobre el consumo de gaseosas y bebidas refrescantes y vegetales en la comunidad en el último año.

La aplicación de este nuevo tributo a lo largo del 2020 cogió ayer por sorpresa a la Asociación de Industrias Agroalimentarias de Aragón (AIAA), que es la patronal que engloba a los principales productores de bebidas de la comunidad. «Nos ha sorprendido, la verdad», apuntó el gerente de la asociación, José Ignacio Domingo, que prefirió esperar a conocer el contenido de la futura normativa antes de dar una opinión al respecto. Con todo, señaló que esta novedad «no aparecía» en los 132 puntos del acuerdo de gobernabilidad firmado por los partidos que integran el cuatripartito. No obstante, Domingo cree que si entra en vigor este gravamen solicitarán información al Ejecutivo de Lambán para tratar de conocer de qué forma se aplica. Por lo pronto, el único precedente en España es el caso catalán, comunidad donde se han llegado a recaudar 40 millones en un año.

Sin embargo, todo apunta a que detrás de esta nueva norma no existe un afán recaudatorio, ya que, dada la población de Aragón y el menor impacto del turismo y, por tanto, del consumo de bebidas azucaradas, los ingresos serían mucho más reducidos que en la comunidad vecina, según apuntó el secretario general de los inspectores de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, que apostó, no obstante, por extender este impuesto a otros productos como la bollería industrial.

EFECTO EN LAS EMPRESAS

Este impuesto afectaría prácticamente a toda la cadena de la industria agroalimentaria, puesto que aunque el gravamen se aplicaría a la venta del producto y repercutiría directamente en el consumidor, su efecto disuasorio podría suponer la reducción de la producción, así como la distribución de estos artículos. Por lo pronto, las principales distribuidoras de la comunidad, entre las que figuran Zadisa y Bebinter, no se han pronunciado al respecto.

Donde sí parece que tendría un efecto claro sería en el negocio de la hostelería. El presidente del sector en España, el aragonés José Luis Yzuel, manifestó ayer sus dudas sobre la aplicación de este tipo de medidas. «Lo que está claro es que son cada vez más los consumidores que prefieren no adquirir bebidas no azucaradas», subrayó. Se trata, según Yzuel, de una tendencia «a la baja» imparable en el mercado.

Por tanto, ve «innecesaria» la medida. Además, considera que «todo lo que se repercuta en precio al consumidor supondrá un perjuicio para el sector hostelero, ya que se convertiría en uno de los grandes paganos». A juicio del presidente de los hosteleros de España, cuando se aplica una subida en el coste de un producto, en muchas ocasiones no se trasladan a los clientes sino que la asume el sector. Por ello, Yzuel considera que los impuestos «no nos convienen» porque «los acabamos asumiendo nosotros».

LOS CIUDADANOS GASTAN 47 MILLONES EN ESTAS BEBIDAS

Los aragoneses consumieron bebidas gaseosas y refrescantes, así como bebidas vegetales por valor de 47,2 millones de euros durante el 2018, según los datos de consumo del Instituto Nacional de Estadística (INE), que también refleja que en el conjunto de España el gasto fue de 1.801 millones.

En concreto, las bebidas refrescantes de Cola supusieron 17,9 millones de gasto en Aragón frente a los 3,2 de naranja y los 1,7 de limón. En bebidas vegetales los aragoneses desembolsaron 9,4 millones.