El trasplante de hígado en Aragón es más accesible y menos costoso que en el resto de España. De hecho, es la comunidad con mayor número de donaciones y, por ello, con el menor tiempo de espera. Así, un paciente que deba someterse a este tipo de intervención debe esperar entre tres y cuatro meses, un periodo considerado "corto" por los expertos, que, en ese sentido, valoran las 37 personas por cada millón de habitantes que ceden su órgano, la tasa de donación más alta del país solo igualada por Asturias, Canarias y Castilla y León.

Los datos se abordaron ayer en la conmemoración de los primeros 500 trasplantes hepáticos en Aragón, alcanzados el pasado verano, aunque la cifra se ha incrementado ya hasta los 509 --29 realizados este mismo año-- El hospital Clínico de Zaragoza, donde se puso en marcha el primer programa de trasplante hepático en 1998, acogió ayer la jornada conmemorativa de la efemérides en la que participaron el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, el coordinador autonómico de trasplantes, José Ignacio Sánchez Miret, y el gerente del sector III, José Antonio Gil Lahorra. Todos ellos destacaron la "gran profesionalidad" de los trabajadores y, sobre todo, la "generosidad, solidaridad y compromiso" de los aragoneses.

Sin embargo, Matesanz, que prevé que España alcance este año el récord de donación de órganos para trasplantar, con una tasa de 36 donantes por millón de habitantes, animó a la comunidad a avanzar en la donación de órganos por parada cardiaca, aunque le consta que la comunidad aragonesa está trabajando en la donación de órganos por parada cardíaca. "Me consta que se está trabajando en ello, pero este tipo de donación en España es del 10% y en Madrid alcanza el 40% y está subiendo en todo el país, por lo que Aragón debería afrontar este tema en el menor tiempo posible porque posibilitaría aumentar dos o tres puntos la tasa de donación y alcanzar el 40 por cada millón de habitantes, que se traduciría en más pacientes trasplantados", expuso.

Pero Aragón brilla con un programa "muy asentado", según admitió Matesanz y corroboró Sánchez Miret, que indicó que la esperanza de vida en este tipo de injertos supera el 95% el primer año.

En cuanto a los avances en este tipo de operaciones, el coordinador informó de que el tiempo quirúrgico ahora es "mucho más corto", entre tres y cuatro horas frente a las ocho o diez del principio, y que el consumo de sangre también es mucho menor, ya que en la actualidad apenas se efectúan transfusiones.