El sector del porcino vive un momento dulce en Aragón. Basta con señalar que en la comunidad viven casi ocho veces más cerdos de cebo que habitantes para darse cuenta de la expansión que está experimentando la industria en la actualidad. Con casi 500.000 cerdas reproductoras que producen 15.000.000 lechones al año y unos 5,5 millones de plazas de cerdos de cebo, Aragón se posiciona como la segunda comunidad en número de plazas de porcino tras Cataluña, según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón.

Así, en los últimos tiempos, el sector se ha consolidado y supone un 3,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de Aragón -la ganadería y la agricultura representa el 5,2%. Además. ha conseguido mantener los aproximadamente 10.000 puestos directos e indirectos que genera en la comunidad.

La expansión del sector porcino en la comunidad comenzó en torno al 2011, según apuntan los sindicatos ganaderos, como alternativa a una agricultura cada vez menos rentable. Y es que el 10% (384) de las 3.706 explotaciones porcinas aragonesas han comenzado a funcionar en los últimos cinco años, según los datos registrados por las Oficinas Comarcales Agroambientales (OCA). El 77,5% (2.875) de las granjas ubicadas en Aragón son de cerdos de cebo. De hecho, tan solo seis provincias, entre las que se encuentran Huesca y Zaragoza, acogen la mitad de los cerdos de España, según los datos del Instituto Aragonés de Estadística.

Precisamente es la provincia oscense la que concentra el mayor número de explotaciones de cerdos de cebo en Aragón, concretamente el 36% del total. Es Grañén donde más granjas se han abierto en estos últimos cinco años (32) y Tamarite de Litera es el término municipal donde se ubican más explotaciones (272). «El sector porcino es muy positivo para la zona y supone una importante inyección económica para el municipio porque tenemos muy poca actividad industrial», explica el alcalde de la localidad oscense, Paco Mateo, que añade que «el paro no llega al 4%» gracias a la expansión de esta industria.

FACTORES DEL AUGE

Pero, ¿a qué se debe esta explosión de la industria porcina? Según el representante del sector en Araga, Juan José Sancho, «es una actividad en auge porque es una alternativa rentable a la agricultura». Además, esta industria «da más ingresos» porque los animales «se crían en menos tiempo» que otro tipo de ganado como puede ser el ovino, que acumula en una década un descenso de un millón de animales.

Otra clave relevante del ascenso meteórico del sector es el incremento de las exportaciones. El año pasado, Aragón batió el récord en ventas al exterior tanto en facturación, con un incremento del 48,2% respecto al 2015, como en toneladas de producto, con una subida del 48,2% respecto al año anterior. Además, por primera vez, China se impuso como principal mercado exterior, superando a Francia y concentrando casi el 24% del total del volumen y el 19% del valor de las exportaciones de porcino de la comunidad.

El representante del sector en UAGA, David Urieta, explica que «el boom de las granjas de porcino ha venido con la crisis» como «una salida para el medio rural» porque proporciona al ganadero «una renta segura». Aunque recuerda que el año pasado el sector atravesó un periodo de crisis provocado, en gran medida, por el veto ruso, a cuyo país «se exportaba el 30% de la producción porcina de la UE». El presidente de Asaja, Fernando Luna, también ve el porcino como «un sector en expansión» y considera que «permite diversificar la economía rural» y «vertebrar el territorio».

Parte de la estabilidad que vive la industria del porcino en Aragón, y en general en el resto de España, viene dada por un sistema de integración -el 80% de las explotaciones según fuentes de UAGA. Esto significa que está controlada por grandes empresas integradoras que son los propietarios de los animales, pagan la alimentación y la sanidad. Las naves y el cuidado de los cerdos están en manos del propietario de la nave al que le abonan un fijo por animal o kilo de animal criado. Esta estructura se ha instalado para contrarrestar el «esfuerzo inversor» que tienen que abordar los ganaderos para poner en marcha una granja. Según Luna, «una explotación de 1.900 cerdos necesita unos 400.000 euros de inversión y para sacar rendimiento económico tienen que pasar más de 12 años».

MÁS CERCA DE CATALUÑA

En los últimos años, Aragón ha ido avanzando a paso firme y ha aumentado el número de la cabaña de cerdos y las granjas ubicadas en la comunidad. Poco a poco le ha ido comiendo terreno a Cataluña, el mayor productor y exportador de cerdos de España. Incluso múltiples empresas de la comunidad limítrofe se han instalado en Aragón. «Cataluña está muy masificada y tiene problemas para distribuir los purines. Aquí en Aragón hay más zonas y menos problema para realizar esta gestión», explica Juan José Sancho. No obstante, Fernando Luna señala que hay que aplaudir que empresas de otras comunidades quieran invertir en aquí pero considera que «el Gobierno de Aragón debería tener el mismo rasero y no acelerar los trámites de algunas empresas».