Los fallecidos por covid-19 en Aragón ya son 2.039 desde que comenzaran a registrarse las víctimas mortales de la pandemia. Ayer, en tan solo 24 horas, se sumaron a esta lista 18 personas que hasta ese momento estaban ingresadas en las uci de los hospitales de la comunidad, donde hay actualmente 236 ingresados. Una foto fija que resalta en comparación con el paulatino descenso de los contagios por coronavirus: 378 nuevos tras la realización de test PCR.

Un comportamiento que vislumbró la semana pasada el director general de Salud Pública, Javier Falo, quien pidió a la ciudadanía responsabilidad porque quedaban unas semanas muy complicadas en las que iba a haber un gran aumentos de fallecidos debido a que van en relación con los casos registrados previamente. De hecho, ahora están muriendo los que ingresaron a primeros de este mes de noviembre. En aquellos momentos los infectados superaban el millar.

El docente e investigador en Epidemiología Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Ignacio de Blas, mantiene que para poder decir que la comunidad se encuentra bien «deberíamos de tener menos de 100 casos diarios». A pesar de esta disminución de positivos diarios, De Blas asegura que «todavía es demasiado pronto para cantar victoria» debido a que, a pesar de que las cifras continúan descendiendo, «aún estamos en unos niveles relativamente altos».

Para poder cantar victoria de manera más tranquila, De Blas asegura que a la baja incidencia debería de sumarse unas ucis vacías y que hasta que eso no pase, la ciudadanía no se puede relajar. «Levantar medidas demasiado pronto sin terminar de vaciar estas unidades es volver a empezar, pero en peores condiciones», explicó De Blas, que aseguró que cuando la tercera ola comenzó a sacudir a Aragón «aún había gente en uci de la segunda ola».

SITUACIÓN EN UCI

Actualmente hay 59 camas con respirador en uci libres más otras diez que no cuentan con respirador. En este sentido, el hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza esta semana está haciendo frente a la situación con apenas dos camas libres en la unidad de cuidados intensivos por lo que se convierte de vital importancia que «no se sigan aportando enfermos a los hospitales» debido a que se está alargando mucho la estancia y la situación es crítica. «No solo hay que fijarse en la curva de casos, a pesar de que sea muy importante, sino que nos tenemos que fijar en la resolución de los casos antiguos, que es mucho más lenta ahora mismo», insistió De Blas.

Ante las declaraciones realizadas por el presidente de Aragón, Javier Lambán, donde llegó a decir que el objetivo del Departamento de Sanidad es «salvar la Navidad», ante la posibilidad de reducir las medidas sanitarias para contener la curva de contagios por coronavirus en la comunidad, De Blas explica que no está de acuerdo con el presidente en este sentido debido a que «se habla de salvar la Navidad cuando hay mucha gente que aún está ingresada hoy y que va a pasar esos días en la uci».

En este sentido, el epidemiólogo recuerda que «no nos fue bien el intentar salvar el verano o las fiestas del Pilar» por lo que insta al Gobierno de Aragón a «no pensar a corto plazo sino mirar al futuro» y hacer como se está planteando en otros países ante la posibilidad de reuniones familiares y «confinar de cara a la Navidad porque se trata de una situación de riesgo».

Una desescalada prenavideña y una posible relajación de las restricciones impuestas en el último mes puede volver a provocar otra recaída en la comunidad por lo que De Blas mantiene que debería de haber «un cierre más estricto de lo que estamos haciendo ahora» porque con el cierre de centros educativos y de universidades se va a cambiar la dinámica de la transmisión de la enfermedad y «hay que extremar las precauciones y evitar este problema».

De Blas insiste en que no se trata de salvar la Navidad, a pesar de la relación directa que mantiene con una buena actividad económica, sino que el pensamiento tiene que mantenerse «en salvar vidas y en sobrevivir a estas navidades para poder vivir con normalidad las del año siguiente».

De Blas advierte que es probable que se vea un repunte, no generalizado, debido a que «aún estamos en situación de riesgo máximo» y hay que tener en cuenta que los picos de las enfermedades se suelen dar en diciembre y enero. «No hemos pasado ese punto crítico del invierno duro y hasta que no empiecen los días a ser de nuevo más largos, no empezaremos a ir a favor de la corriente, ahora aún estamos remando en contra dirección», sentenció.

En una enfermedad como esta, que se ven afectadas por muchos factores, el buen tiempo que aún se está apreciando en Aragón de manera generalizada hace que, unido a las acciones que está tomando la población con las medidas impuestas, estén dando unos buenos resultados. El problema para De Blas se encuentra en que la desescalada se una con el mal tiempo y provoque «una combinación de factores que haga que volvamos a la situación de antes o peor».

Además, el epidemiólogo explicó que hay que seguir teniendo en cuenta al personal sanitario debido a que al no tratarse de un aumento de casos puntual y el no saber si hay una fecha exacta de finalización «es agotador para ellos», explicó.

La limitación de movilidad, el toque de queda y el cierre de los bares ha dejado poca opción a reuniones sociales en las últimas semanas y los resultados han comenzado a notarse en muchos puntos de Aragón. A pesar de esto, De Blas insiste en que hay que analizar las incidencias semanales en poblaciones como Barbastro, que ayer de nuevo registró 14 nuevos casos más, Borja, con otros 12 en las últimas 24 horas o la ciudad de Teruel que vuelve a liderar la tabla con 21 casos en Teruel Centro y suma otros diez positivos más en Teruel Ensanche.