La movilización social ha evidenciado que la sociedad exige respuestas para cerrar la brecha entre hombres y mujeres. Pero las discriminaciones en Aragón no se solucionaran a medio plazo, o al menos así lo refleja un informe encargado por el Gobierno de Aragón en el que se contempla que aunque en los próximos cinco años las desigualdades de género no se reforzarán en Aragón, el camino para hacerlas desaparecer completamente «será todavía muy largo».

El primer informe sobre la desigualdad centrado en la comunidad autónoma constata que la discriminación de roles (tanto en los hogares como en la sociedad) «tendrá una continuidad» en las generaciones venideras «porque no se producirá un cambio de mentalidad importante en los jóvenes aragoneses sobre estos temas».

En el ámbito laboral los once expertos consultados para elaborar las previsiones confían que las mujeres aragonesas alcancen hasta el 2023 «unos niveles de formación más altos que los hombres» y que aumenten además su participación laboral. Sin embargo, hasta entonces estarán presentes «las barreras estructurales que impedirán todavía la igualdad de género», lo que comúnmente se conoce como el techo de cristal.

El lento avance en la sociedad, más que gracias a políticas concretas, se esperan por el impulso de las nuevas generaciones. «Estarán más familiarizadas con el reto de la conciliación laboral y familiar», destaca el texto.

Prueba de ello es el previsible aumento de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en el desempeño de las tareas del hogar en Aragón, sobre todo entre las jóvenes parejas, aunque los cuidados de las personas dependientes correrán más a cargo de las mujeres.

La violencia machista es otro de los puntos de atención en el informe. A juicio de los expertos, la sociedad aragonesa estará «más preocupada y concienciada sobre la violencia de género como problema real», pero reconocen que en el 2023 no existirán todavía «soluciones concretas» en este ámbito principalmente «por la falta de dotaciones presupuestarias adecuadas y medidas educativas eficaces para educar a los más jóvenes».

ATENCIÓN MEDIÁTICA

Los próximos años cambiará sobre todo la tolerancia social. Los expertos consultados por el Gobierno de Aragón señalan que a corto plazo «se intensificará el debate público sobre violencia» gracias a la atención mediática de cada uno de los casos en la comunidad. «Esta visibilidad hará tomar conciencia del problema a la población aragonesa más que ahora, mientras que los poderes políticos aumentarán los recursos judiciales y policiales para hacer frente a estos delitos», expresan en sus previsiones.

En este punto piden una especial atención a la población joven, especialmente a los adolescentes, proclives a perpetuar pequeñas discriminaciones cotidianas conocidas como micromachismos. «Este fenómeno irá estrechamente ligado a unos fallos estratégicos de nuestro sistema educativo», reconocen.

La participación laboral de las mujeres aragonesas crecerá sobre todo para las veinteañeras (entre los 20 y los 29 años), pero dependerá en gran medida «de la corresponsabilidad que asuman los varones aragoneses en las tareas reproductivas». Sin embargo, el equipo de expertos adelanta que este cambio se producirá «en proporciones comparativamente menores» en las áreas rurales respecto a las urbanas.

Con la mirada en el 2023 se puede intuir que la presencia femenina se mantendrá en todos los sectores productivos, aunque seguirán siendo unos ámbitos principalmente feminizados el servicio doméstico y el sector de cuidados a las personas dependientes. Además, sus trabajos serán «más precarios de los que ocupan los hombres, con más incidencia de jornadas parciales involuntarias, mayor temporalidad del empleo y peores oportunidades de ascenso profesional».

Un fenómeno preocupante que se mantendrá prácticamente sin cambios será la tendencia «a una cierta autolimitación» por parte de las mujeres aragonesas a evitar «nichos de empleo mayoritariamente masculinos como la investigación en las ciencias duras y las fuerzas armadas».

FAMILIAS COMO COLCHÓN

Ante esta situación de precariedad laboral, las familias seguirán conformando «las principales redes de apoyo social y económico para sus integrantes en el próximo futuro». El informe detalla que esta característica «será una constante en todas las clases sociales y profundizará aquellas desigualdades adscritas al hogar de pertenencia». De todas formas, la capacidad real de respuesta de estas familias en el 2023 será inferior a la actual, porque sus integrantes estarán más afectados por la precariedad laboral.

El informe sobre la desigualdad, coordinado por Alessandro Gentile, Pau Marí-Klose y Ana Lucía Hernández Cordero, se ha elaborado con las respuestas que once expertos de diversos ámbitos -tanto la política, como la universidad o el periodismo- han ofrecidos a un cuestionario en el que se analizan cuestiones candentes de la actualidad y su posible evolución en el tiempo. Para elaborarlo se ha seguido el denominado método Delphi y «pretende ser un instrumento útil como hoja de ruta para los decisores políticos y los actores sociales».