Cuando Javier Lambán, presidente de Aragón, y Félix Longás, Hermano Mayor de la Real Hermandad de San Juan de la Peña, desplazaron la losa para enterrar de nuevo la urna con los huesos del linaje real aragonés y se cercioraron de que estaba cerrada, se consumó el día «histórico». 33 años después de su enterramiento, los restos óseos regresaban a su lugar de origen, el panteón medieval de San Juan de la Peña donde dicen las fuentes históricas se enterró a los primeros reyes aragoneses de la Historia, Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I. Fue en un acto solemne al que asistieron, además del presidente Lambán, los consejeros María Victoria Broto y José Luis Soro; el Justicia de Aragón, Ángel Dolado; y la delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez; así como distintas personalidades de la comarca, entre otros muchos invitados.

COMIENZO DE LA HISTORIA / Lambán, que calificó el día como «el momento más importante» de su mandato, reivindicó el lugar de Aragón en el mundo durante su discurso: «Hoy estamos ante la reinhumación de uno de los linajes más importantes de Europa como demostró el paso del tiempo y tenemos que sentirnos afortunados por saber que aquí (en San Juan de la Peña) arrancó la historia del Reino de Aragón». «En el siglo XI, Aragón empezaba a respirar con pulmón de gigante y, ahora, en el XXI, quiere volver a respirar con fuerzas de gigante», sentenció el presidente de la comunidad que cerró un acto (antes de que la Polifónica Fleta interpretara el Himno de Aragón) que se había abierto con una comitiva encabezada por la Real Hermandad de San Juan de la Peña que llevaba los restos óseos.

Tras ser bendecidos por el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz, se procedió a que los restos recuperaran su lugar en el monasterio: «Hoy es un día muy bonito porque se cumple la voluntad de nuestros antepasados que aquí quisieron descansar conscientemente y es algo largamente demandado por esta hermandad después de unos años en los que ya no se estaba avanzando en el fin por el que salieron de este lugar», señaló Félix Longás que reivindicó «conocer nuestras raíces para construir el Aragón que todos queremos» así como excavar por debajo del monasterio porque todavía «hay que mucho por descubrir».

Amado Franco, presidente de la Fundación Ibercaja, que ha colaborado desde el inicio en el proyecto, aseguró que «si quieres defender algo, lo primero que hay que hacer es amarlo y no se puede amar sin conocerlo, por eso es una obligación poner en conocimiento de todos los aragoneses su Historia».

«El potencial histórico de Aragón la convierte en la comunidad histórica con más títulos para reivindicarse como tal», apuntaló Lambán, «pese a que otras también lo hagan, pero ninguna dispone de tales ni al oeste ni por supuesto, al este». Y es que el presidente defendió la necesidad de mantener «vivo» el legado histórico y de hacerlo con seriedad y honestidad porque a su juicio, contar la historia de forma rigurosa, y no tergiversada, favorece la convivencia pacífica y democrática y no ser fuente de conflictos. El presidente aragonés Javier Lambán también destacó el poder evocador que tiene San Juan de la Peña, un lugar «telúrico» donde nace el Reino de Aragón y de donde partirá la Ruta de los Panteones reales.

Como proclama el acta de reinhumación que ayer firmaron representantes de la Real Hermandad de San Juan de la Peña, del Gobierno de Aragón y del Obispado, y que recogió el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, los restos óseos del linaje real regresaron a San Juan de la Peña ayer para que «vuelvan a reposar en lo que la eternidad les depare».