Aragón volvió a incumplir en octubre el objetivo de déficit para este año, llegando ya al 1,24% de su PIB cuando el tope fijado al cierre del ejercicio no debía superar el 1%. Aunque desde hace unos meses ya se barajaba la más que fehaciente posibilidad de que no se cumpliera con este objetivo (algo que ya pasó en el 2013) ahora el dato lo vuelve a confirmar.

El caso de Aragón no es único, ya que la mayor parte de las comunidades incrementaron su desfase en las cuentas, al revés de lo sucedido con el déficit del Estado y de los municipios. Volver a superar los objetivos de déficit implicará que en el 2015 se tenga que volver a hacer un plan de ajuste en los presupuestos para cumplir con las condiciones impuestas por Bruselas para atender a la estabilidad presupuestaria.

ESFUERZO

El consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Javier Campoy, indicó ayer consultado por este periódico que el dato es malo, pero destacó que en los últimos meses se ha "desacelerado el crecimiento del déficit" y valoró el "esfuerzo" de la Administración autonómica para "contener el gasto sin que haya merma en la calidad de los servicios públicos". Es decir, que aunque ya se asume que no se cumplirá, el consejero de Hacienda considera que se está en una senda óptima, marcada por la decisión el pasado mes de mayo de crear una comisión intragubernamental que fiscaliza todos los gastos.

DESEQUILIBRIO

Sin embargo, a pesar de la entrada en vigor de esta comisión, tutelada directamente por el propio consejero, no se ha podido compensar el balance entre los gastos y los ingresos de las arcas públicas, lo que ha hecho que el desequilibrio en la actualidad supere ya los 300 millones de euros. La mayor cuantía del gasto público es en materia sanitaria y farmacéutica. El Ejecutivo autonómico insiste en asegurar que no se antepondrá el cumplimiento del objetivo del déficit a la prestación de servicios públicos. Sin embargo, esta cuestión es contestada por la oposición, que considera que las cuentas no se han cuadrado y sin embargo se han producido recortes notables en los pilares básicos del estado del bienestar.