Aragón cuenta con 13.286 grandes fortunas, una cifra que en solo un año ha crecido un 4,2% al sumar 545 contribuyentes que declaran un patrimonio neto superior a los 400.000 euros. De esta forma, las cifras de la Agencia Tributaria constatan que la recuperación económica está haciendo más ricos a los ciudadanos más pudientes. Y todo ello en una época marcada por el empobrecimiento de las clases medias como consecuencia del incremento de la precariedad laboral y la congelación de los salarios. Los 13.286 declarantes del impuesto de Patrimonio que había en la comunidad en el 2017 (último dato disponible) contrastan con los 12.741 del 2016. La tendencia se mantuvo en el conjunto del país, donde el número de ricos creció casi un 2,5%.

Actualmente, este gravamen lo deben pagar en Aragón todos los ciudadanos cuyo patrimonio neto (el valor de sus posesiones menos el importe de sus deudas y quedando excluida la vivienda habitual hasta los 300.000 euros iniciales) supere los 400.000 euros. Por debajo de esa cantidad no están obligados a rendir cuentas al fisco.

El incremento del 4,2% en el número de grandes fortunas en Aragón es el más elevado de todo el país, seguido de Madrid (3,57%) y Baleares (3,1%). No obstante, hay que tener en cuenta que en la comunidad el mínimo exento del citado tributo es de 400.000 euros, lo que hace que más aragoneses se vean obligados a pagar el impuesto.

De hecho, los 400.000 euros de Aragón es el límite más bajo de todo el país. En la mayoría de comunidades el mínimo exento se sitúa en los 700.000 euros y se ha mantenido invariable en casi todas ellas. En este sentido, hay que recordar que fue el Gobierno de Javier Lambán el que redujo esa barrera fiscal cuando accedió a la DGA en el 2015, rebajándola de los 700.000 euros en que estuvo entre 2011 y 2014 a los 500.000. Un año después, entre 2015 y 2016, la volvió a reducir hasta los 400.000 euros.

Todos estos cambios explican que el número de declarantes de este impuesto se disparara en la comunidad en esos años (ver gráfico). Con todo, la cifra también creció de forma progresiva entre el 2010 y el 2014, confirmando que la crisis no hizo mella entre los aragoneses más pudientes a diferencia de lo ocurrido entre las clases medias y bajas. Todo ello ha provocado un aumento de la desigualdad, algo que ha sucedido en todo el país.

LA REBAJA DEL MÍNIMO EXENTO

Además de la subida de declarantes en el citado gravamen, Aragón también lideró el incremento del patrimonio medio declarado, con un alza del 17,4% (la segunda más alta del país tras Murcia). Sin embargo, la riqueza media declarada fue de 1,93 millones de euros, la segunda cifra más baja de toda España.

Esta paradoja también se explica por la rebaja del mínimo exento, ya que son más los que tributan por este impuesto pero con cantidades más bajas que en el resto del país. De hecho, algunos de esos más de 13.000 declarantes aragoneses no debería tributar por este gravamen si vivieran en otra comunidad. «Lo lógico sería que hubiera más homogeneidad entre comunidades porque algunas lo usan como un arma para atraer empresas y grandes fortunas», explica el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Zaragoza, Miguel Ángel Barberán, que recuerda que en Madrid, por ejemplo, el impuesto de Patrimonio está totalmente bonificado. En su opinión, este «disloque» fiscal genera situaciones incomprensibles con este y otros tributos como que empresas que trabajan casi en exclusiva en una región tributen en otra.

Además de por la rebaja del mínimo exento, el aumento de los declarantes del impuesto de Patrimonio en Aragón también se explica por los efectos de la recuperación económica, que está dinamizando la actividad y los beneficios de muchas empresas. «Hay que tener en cuenta además, que en España hay una gran costumbre de materializar la riqueza en inmuebles y estos han dejado de depreciarse», apunta Barberán.

Que Aragón cuente con esos 13.300 contribuyentes del impuesto de Patrimonio no significa que en la comunidad solo haya ese número de personas con una riqueza superior a los 400.000 euros. Así, es bien conocido que un buen número de declarantes utiliza herramientas legales (y en ocasiones no tanto) de ingeniería fiscal para evitar el pago de este tributo.

¿EN QUÉ INVIERTEN SU FORTUNA?

Al contrario de lo que cabría pensar, solo el 21% del patrimonio de esos 13.000 aragoneses está en inmuebles. La mayor parte se encuentra en participaciones empresariales, de sus negocios o en acciones de otras firmas. Así, el 72% de ese dinero es capital mobiliario de todo tipo. Por último, su patrimonio declarado en joyas, pieles, obras de arte y antigüedades (los llamados bienes suntuarios) sumaron 27,9 millones de euros, 1,4 más que el año anterior.