Buscar una solución negociada a la polémica por el recrecimiento del embalse de Yesa que pase por buscar una alternativa a la ampliación máxima de la presa. Y que evite la inundación de zonas urbanas. Es el objetivo en el que coincidieron ayer el Gobierno aragonés, CHA, la asociación de municipios del Pirineo y el único pueblo cuyo núcleo quedaría bajo el agua, Sigüés. IU ya hizo esta apuesta el lunes. Aragón urge un nuevo acuerdo en torno a Yesa, por lo que la DGA solicitará por escrito al Ministerio de Medio Ambiente que abra una mesa de negociación con todos los implicados. El PP se descolgó de esta iniciativa.

El debate hidráulico en Aragón tiene dos frentes: uno externo, originado por el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y el trasvase del Ebro, y otro interno, que ha dejado ver divergencias entre los partidos respecto a algunas obras hidráulicas. Entre ellas, el recrecimiento de Yesa.

Ha habido tres intentos fallidos por recuperar el acuerdo interno. Ahora, a raíz de los recientes sucesos en el municipio de Artieda, cuyos vecinos impidieron el inicio de expropiaciones derivadas de la obra de Yesa, ha habido pequeños movimientos de casi todos los implicados que tienen algo en común: la opinión de que hace falta un nuevo consenso.

LOS PASOS El socialista Marcelino Iglesias, presidente de la DGA, y los aragonesistas José Angel Biel y Alfredo Boné, vicepresidente y consejero de Medio Ambiente, recibieron ayer al alcalde de Sigüés, Daniel Salinas, y al presidente de Adelpa (Asociación de Entes Locales del Pirineo Aragonés), Pedro Santorromán.

Ambos mostraron una oferta "histórica": la montaña aceptaría un embalse, el de Yesa, si éste fuera algo más pequeño de lo previsto, no inundara Sigüés y desterrara el proyecto de las dos presas entre las que se quiere aislar al municipio. La localidad es la única cuyo núcleo se ve afectado por el recrecimiento, pues en el caso de Artieda el suelo afectado es de cultivo. Según Salinas, el PSOE-PAR respaldó "absolutamente" la postura de la montaña, lo que en la práctica se traduce en la predisposición de ambos a apostar por un recrecimiento de Yesa más pequeño.

El alcalde de Sigüés puntualizó que la solución para no inundar el pueblo no pasa por construir las dos presas, un proyecto que el municipio aceptó en su momento, pero en el que ahora ve demasiado riesgo.

Poco antes, Bizén Fuster y Chesús Bernal, presidente y portavoz de CHA en las Cortes, reclamaron la apertura de una amplia negociación para "buscar una alternativa que dé satisfacción a todas las partes".

CHA no quiso condicionar esa posible negociación apostando inicialmente por una alternativa, aunque sí exigió que se paralicen las obras. Y garantizó que defenderá y respaldará el consenso al que lleguen todas las partes. "Chunta lo considerará como propio", dijo Fuster.

El lunes, el coordinador regional de IU, Adolfo Barrena, reclamó también un nuevo acuerdo en esta polémica y renovó su defensa de una cota intermedia para Yesa.

La DGA decidió solicitar de inmediato al Ministerio de Medio Ambiente, que abra una mesa de negociación sobre la posibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo en Yesa.

La nueva Iniciativa Social de Mediación instada por la DGA y la Fundación Ecología y Desarrollo, que echará a andar en breve, recibió ayer apoyos en su planteamiento de, como informó este diario, intentar solucionar caso a caso los conflictos internos en materia de agua.

El PP se descolgó de esta situación renovando su apoyo al recrecimiento máximo y acusando a Iglesias de "demagogia y contradicción". El presidente regional del partido, Gustavo Alcalde, señaló que cambiar el proyecto actual es renunciar "a 500 hectómetros cúbicos de riqueza".