El alzhéimer no tiene cura, pero investigadores y científicos no tiran la toalla. La lucha contra la enfermedad tiene en Aragón a uno de sus principales bastiones y origen de las principales investigaciones y proyectos en la lucha contra una patología que afecta a entre el 6% y el 8% de los aragoneses con edades comprendidas entre los 65 y los 85 años y que hoy celebra su día mundial. De hecho, la empresa aragonesa Araclon Biotech ya prueba una posible vacuna en humanos y, desde enero, ya la ha administrado a los primeros cinco pacientes sin que se haya detectado, de momento, ningún efecto adverso.

Además, el Rotary Club Zaragoza, por su parte, está llevando a cabo una investigación, liderada por el doctor Antonio Oliveros, para encontrar nuevos remedios que frenen los daños del alzhéimer. En estos momentos, la colaboración se centra en encontrar posibles pacientes que padezcan un cuadro de demencia y que estén dispuestos a ser estudiados y a participar en el tratamiento, que se encuentra en fase de ensayo clínico. Por último, para retrasar el efecto que esta patología provoca en la capacidad lingüística, el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza ha realizado una investigación que plantea nuevas alternativas.

DIAGNÓSTICO PRECOZ

La batalla continúa. Mientras, los expertos en gerontología advierten de la importancia de un diagnostico precoz para hacer frente al alzheimer. "Si se sospecha que un familiar podría tener la enfermedad debe llevarse lo antes posible a su médico", asegura Sonia López, directora de la residencia Reyes de Aragón de Zaragoza. "Una evaluación psiquiátrica completa y un examen médico pueden determinar si los síntomas son realmente por la enfermedad o por otro problema médico. Un diagnóstico temprano ayudará a luchar contra la enfermedad".

El alzhéimer avisa y sus señales son claras. Entre ellas, los expertos destacan cambios de memoria que afectan a la vida cotidiana, dificultad para planificar o resolver problemas --como seguir los pasos de una receta o manejar las cuentas mensuales--, problemas para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre, olvidar con frecuencia las fechas, dificultades para leer, analizar las distancias y establecer un color, así como para seguir o participar en una conversación, colocar objetos fuera de su lugar habitual y ser incapaces de recuperarlos, disminución o falta de juicio para tomar decisiones, pérdida de iniciativa a la hora de tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales o cambios en el humor o en la personalidad.

Una vez que se ha acudido al médico, este se encargará de realizar todas las pruebas necesarias para comprobar si el paciente sufre alzheimer, una enfermedad degenerativa que ocasiona la muerte progresiva de las neuronas provocando la pérdida de capacidad de las funciones controladas por el cerebro, o si se trata de otra patología. En caso de que el diagnóstico sea positivo, el paciente deberá seguir una serie de actividades para evitar al máximo posible el deterioro cognitivo y que tenga la mejor calidad de vida posible.

"Estas personas necesitan minimizar la confusión y mantener el sentido de estabilidad y comodidad en sus vidas", explica López. En este sentido, subraya la necesidad de que tanto los familiares como las personas a cargo del paciente "obtengan la mayor información posible acerca de la enfermedad". Como recomendación, los pacientes con alzhéimer deben tratar de establecer una rutina diaria en un ambiente conocido.