Los aragoneses tienen hoy más confianza que hace tres años en la situación política de la comunidad y consideran que ha crecido el peso de la región en el conjunto nacional. El trasvase del Ebro ha dejado de verse como el principal problema, aunque todavía no ha desaparecido de la escena, y si el paro y la vivienda continúan en los primeros puestos del listado de preocupaciones de los ciudadanos, llama la atención el hecho de que la inmigración ha subido unos cuantos puestos en ese ránking .

Son algunas de las conclusiones que se obtienen del Barómetro de Opinión de Aragón, el sondeo de la DGA correspondiente al otoño. Pocos cambios sustanciales en las preguntas sobre cuestiones generales que se repiten en cada encuesta y curiosos resultados en la consulta específica de esta ocasión: sobre la Constitución Europea (una gran desconocida para la mayoría) y sobre la Iglesia y la influencia que debería tener en las decisiones políticas (la sociedad no está de acuerdo con esas injerencias ).

Pero hay un dato significativo por lo que se refiere a las consideraciones de los ciudadanos respecto a la situación política. Y es que ha crecido de forma destacable el porcentaje de personas que opina que las decisiones que se toman en Aragón afectan o influyen "bastante" en la política nacional.

CANTIDAD DUPLICADA Ese dato ha ido aumentando progresivamente en los últimos años, hasta doblar en la actualidad la cifra del 2001 --año en que el Gobierno aragonés puso en marcha el barómetro--. El 14,5% de los aragoneses piensa que Aragón influye "bastante", frente al 7,3% de hace tres años. Además, ha descendido en buena medida el número de los que creen que la comunidad no pesa "nada" en Madrid. En el 2001, esa cifra era de 37,6%. En la actualidad, ha bajado hasta el 23,5%.

Pese a ello, la mitad de los ciudadanos (el 54,3%) afirma que se influye "poco", si bien ese porcentaje ha descendido respecto al último sondeo.

Igualmente, han ascendido las cifras de los aragoneses que están convencidos de que esa influencia crecerá (de un 18,4% hace tres años a un 23,6%). Y, al mismo tiempo, ha disminuido (desde el 10,9% hasta el 6,3%) la cantidad de los que opinan que cada vez se influirá menos.

La situación política de Aragón se califica, mayoritariamente, de "regular", pero el porcentaje es del 46,4%, inferior en cinco puntos al de hacer tres años. Por el contrario, es diez puntos más alta la cifra de los que consideran que es "buena" y son bastantes menos los aragoneses que la ven "mala" o "muy mala".

LA MUESTRA INTERNACIONAL Los analistas que han elaborado el sondeo argumentan que estos datos "son consecuencia del ambiente de optimismo que se generó en toda la comunidad autónoma en las semanas previas a la designación de Zaragoza como sede de la Exposición Internacional del 2008", según el Gobierno aragonés. La encuesta fue elaborada a finales de noviembre (y la elección de la capital aragonesa se produjo a mediados de este mes).

El paro (49,6%) y la vivienda (30,8%) siguen siendo los principales problemas que tiene Aragón, según sus ciudadanos, que los colocan en el primer y segundo puesto de la lista. El trasvase --como sucediera el pasado mayo-- ya no se sitúa en la cúpula de las preocupaciones (donde ha estado varios años), pero sigue en un tercer puesto (21,6%).

En este apartado, destaca el hecho de que la inmigración ha saltado al cuarto puesto, con un 19,8%, cuando aparecía bastantes puestos por debajo en sondeos anteriores. La situación se repite cuando se pregunta por los problemas que más afectan al ciudadano personalmente: paro, vivienda, sanidad e inmigración encabezan el listado.

Y apenas alguna alteración sobre las preocupaciones que tiene España. En este caso, el problema que se considera mayor es el del terrorismo, seguido del desempleo, la inmigración (que aquí sube al tercer lugar, con un porcentaje del 31%) y la vivienda.

Otro detalle: la violencia doméstica se ve como el quinto problema más importante de España (12,7%), pero está en la decimosexta posición (3,2%) por lo que se refiere a las preocupaciones que tiene Aragón.