Los grupos de oposición el Ayuntamiento de Zaragoza, PP y PAR, y el equipo de Gobierno se enzarzaron ayer en una nueva batalla política en torno a la operación Romareda. Mientras el teniente alcalde de Urbanismo, Antonio Gaspar, recordaba que populares y aragonesistas pretendían construir mil pisos de lujo y trasladar La Romareda, la oposición le acusó de inviable al proyecto gubernamental.

Gaspar aseguró ayer que se fía más "de la opinión de los arquitectos y urbanistas expertos en la materia que de la opinión sesgada del PP y del PAR" respecto al proyecto para hacer un nuevo campo de fútbol. Según el teniente de alcalde de Urbanismo, la actitud del PP y del PAR responde a "una guerra política" con la intención de paralizar el campo de fútbol. Además, para Gaspar, el estadio proporcionará beneficios desde el punto de vista social y solventa las dos principales "preocupaciones" del Consejo de Ordenación del Territorio de Aragón (COTA) en materia de seguridad y sanidad.

En opinión del portavoz del PAR, Manuel Lorenzo Blasco, en lugar de un campo nuevo el equipo de Gobierno está impulsando una remodelación del actual estadio y esto "es un brindis más al sol que no se hará", porque "no es el que Zaragoza necesita" sino que responde al "empeño" de Gaspar de "meter un zapato del 42 en una talla 38".

Según el concejal del PP, Javier Muñoz, el equipo de Gobierno no va a poder asumir las prescripciones impuestas por el COTA para modificar el PGOU de La Romareda impulsado por el consistorio para incluir usos terciarios con los que financiar la operación. Muñoz alertó de que el informe del COTA es "demoledor".

El coordinador de IU de Zaragoza, José Manuel Alonso, advirtió el lunes de que el proyecto del equipo de Gobierno "concita ya una fuerte oposición política y social". Criticó que "se ha realizado al margen de cualquier fórmula de participación ciudadana y recoge graves afecciones a servicios sociales públicos".