El tren de Alta Velocidad Español (AVE) Madrid-Sevilla se ha consolidado como la línea más rentable de Renfe, con una media anual superior a los seis millones de usuarios, tanto del AVE como de las lanzaderas a Córdoba, Ciudad Real o Puertollano.

Doce años después de su puesta en marcha, el 84% de los viajeros mantienen su apuesta por la comodidad y eficacia del AVE frente a otros medios de transporte, sobre todo tras la entrada en vigor del "compromiso de puntualidad" que permite a los pasajeros recuperar el importe del billete cuando hay más de cinco minutos de retraso, lo que ocurre en un 0,23% de los casos (sólo 364 trenes de un total de 161.202).

Esta campaña no sólo acrecentó la apuesta de los viajeros por la comodidad y los modernos servicios de la alta velocidad Madrid-Sevilla, sino que redundó notablemente en el elevado nivel de satisfacción de los usuarios, principalmente trabajadores, a los que se ha acabado "creando la necesidad" de acudir a Madrid, Sevilla, Córdoba o Ciudad Real a bajo precio en poco más de dos horas.

Un mes antes de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla comenzó en una novísima estación de Atocha el primer viaje, de prueba, del AVE que unía ambas ciudades en menos de tres horas, con una velocidad máxima de 300 kilómetros hora y una media de 225. Atrás quedaban tres años de obras, varias polémicas sobre las empresas adjudicatarias y comisiones ilegales, el trayecto escogido y una costosa inversión más de 3.000 millones de euros (500.000 millones de pesetas) para 471 kilómetros, el doble de lo previsto, que quedarían amortizados en pocos años, según las previsiones estatales.

EN MENOS TIEMPO El Gobierno de Felipe González confiaba en que, una vez pasado el torbellino de la Expo-92, casi cuatro millones de viajeros utilizarían el AVE. Y no se equivocaron. En su primer mes de funcionamiento, transportó a más de 100.000 pasajeros, y en noviembre ya habían viajado un millón de personas. Estas cifras triplicaban el número de viajeros que, hasta la fecha, preferían el tren a otros medios de transporte, invirtiendo las proporciones. Desde su primer viaje comercial, la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla ha registrado más de 31 millones de usuarios y se ha reducido la duración del trayecto en 40 minutos.

El incremento continuo en el número de viajeros tiene su reflejo en las arcas de la compañía ferroviaria. De los 50,7 millones de euros en concepto de ingresos de explotación de la línea y las lanzaderas en su primer año, se pasó a 204 millones en el 2003. Los ingresos por la venta de billetes ascendieron a 1.408 millones de euros. Renfe necesitaba una ocupación media similar a la europea, el 63%, para poder equilibrar las cuentas de explotación y rentabilizar la línea, pero los índices se elevaron al 85% de ocupación, logrando beneficios en solo cinco años.