Encontrar un piso de alquiler (decente) en algunas zonas de Zaragoza se está convirtiendo en una auténtica aventura. La devaluación salarial y la precariedad que ha dejado tras de sí la crisis económica han hecho que arrendar sea la única opción para muchos ciudadanos, lo que ha elevado tanto la demanda como los precios. De hecho, los alquileres llevan encareciéndose desde el 2015 después de las caídas registradas entre el 2008 y el 2014.

«Los pisos que están en buenas condiciones no duran mucho en los escaparates de las agencias», reconoce el presidente del Colegio de Agentes de Propiedad Inmobiliaria (API) de Aragón, Fernando Baena, que apunta que las viviendas más demandadas son las que tienen dos o tres habitaciones y las que están cerca del centro de la ciudad o en el distrito Universidad.

A diferencia de lo que ocurre en otras grandes ciudades, en Zaragoza apenas hay bloques destinados íntegramente al alquiler, lo que hace que la oferta aún sea menor. «La demanda no para de crecer porque los jóvenes que acceden ahora al mercado de trabajo no se atreven a comprar», apunta Baena, que augura que todo ello hará que los precios sigan subiendo moderadamente.

De hecho, y tal y como se puso de manifiesto ayer en la presentación del informe Perfil del comprador Vivienda Fusión-mayo 2018, el 45,7% de los encuestados que buscan una vivienda de alquiler en Zaragoza todavía viven en el hogar de los padres.

Aunque en los últimos años el encarecimiento de los pisos de alquiler ha sido más intenso que en los de venta, Baena descarta cualquier tipo de burbuja en el sector: «No tenemos nada que ver con Barcelona o Madrid».

La reticencia de muchos propietarios a arrendar su vivienda también está detrás de esta escasez de oferta en determinados distritos. La antigua ley de arrendamientos urbanos se modificó en el 2013 para intentar dar más seguridad jurídica a los caseros, pero, tal y como reconoce Baena, «hay gente que sigue teniendo miedo a alquilar su piso». «Por eso creemos que habría que premiar fiscalmente al que lo haga», consideró.

Según apuntan fuentes del sector, la oferta de inmuebles en alquiler podría crecer en un futuro debido a que la vivienda está resurgiendo de nuevo como producto de inversión, pero la cifra de compraventas no es tan elevada como para percibirse con una gran intensidad.

A pesar de la recuperación del mercado del alquiler, la mayoría de los aragoneses que pueden permitírselo optan por comprar, más aún en esta época de tipos y precios bajos. Así, casi el 80% de los españoles reside en una vivienda en propiedad, según Eurostat, la oficina estadística de la UE. Es algo menos que antes de la crisis, pero España aún está muy lejos de países como Alemania o Austria, donde la mitad de la población vive de alquiler.