El Ayuntamiento de Zaragoza inició ayer el cambio de la tubería que reventó en la calle Pablo Remacha de Zaragoza el pasado jueves tras conocerse la trágica muerte de un joven hostelero de 35 años, Javier García Soteras, que quedó atrapado por el agua en el sótano de su bar.

Desde el consistorio se confirmó lo que muchos vecinos ya habían denunciado en los últimos días: el conducto dañado que inundó el local de la víctima había sufrido tres reventones en una semana y en un espacio de sólo unos 50 metros. Una situación que había llevado a los afectados a exigir el cambio de la instalación, que pasa junto a varios bajos.

Sin embargo, el presidente del distrito de San José, Ricardo Berdié, señaló que el ayuntamiento ya había tomado la decisión de sustituir el conducto y que pensaba acometer las obras en agosto. Aunque el área de Conservación de Infraestructuras no es competencia suya, fue el único en dar una valoración oficial: "He podido saber que después de la tercera rotura se puso agosto como fecha porque es un mes en el que se ocasionan menos problemas a los ciudadanos. Hay menos tráfico, mucha gente está de vacaciones...".

La explicación no convenció a los habitantes de la calle, donde la indignación era evidente. "La Justicia es la Justicia y lo que no puede permitirse es que después de los primeros reventones no se hubiera actuado de raíz. Y más existiendo denuncias. Hasta que no ha muerto una persona no se ha sustituido", afirmaron fuentes vecinales.

Algunos de los operarios de Viabilidad y Aguas reconocieron que, después de las primeras averías, las reparaciones se habían centrado sólo en los tramos dañados. Ahora bien, fuentes municipales subrayaron que esa práctica es habitual: "Si hay una rotura, ésta se repara. Y si los defectos se repiten, entonces se decide sustituir todo el conducto".

A lo largo de la mañana de ayer, Berdié, que se desplazó a la zona, ordenó realizar una inspección para constatar si los cimientos del inmueble estaban dañados. Los técnicos rechazaron esta posibilidad y la hipótesis de que la tubería soportara una presión excesiva, a pesar de que algunos vecinos así lo creían. "Alguien debe responder por lo sucedido", reclamaron varios residentes.

El conducto era de fibrocemento, un ´arcaico´ material del que aún quedan 400 kilómetros en Zaragoza. En su lugar se colocó una conducción de PVC provisional, para que los afectados tengan agua mientras se completan las obras.

MAS CRITICAS La tensión acompañó al encuentro entre Berdié y los vecinos, que criticaron cómo se había acordonado la calle. "A primera hora había una gran aglomeración y los coches pasaban de malas maneras. Cuando hemos insistido a Berdié, la Policía Local ha enviado a varios agentes. Nadie había cercado la zona y durante la noche no estuvo vigilada", agregaron las fuentes vecinales con las que contactó este diario.

El trágico suceso ocurrió el pasado jueves, pasadas las diez de la noche. El fallecido, casado y con dos hijos, regentaba el bar Remacha. Un gran estruendo precedió a la inundación de los bajos de varios locales. La víctima quedó atrapada en el sótano después de que el agua penetrara por unas rendijas internas y, aunque todo apunta a que murió por ahogamiento, previamente pudo sufrir una descarga eléctrica que le dejó inconsciente, ya que el transformador también se había inundado. De hecho, los vecinos que rescataron su cuerpo sufrieron varias sacudidas y tanto Eléctricas como la Policía Local fueron advertidos de este hecho. Los actos funerarios por el fallecido se celebran hoy al mediodía en la capilla número 1 del Complejo Funerario de Torrero.