El sistema de transporte urbano de Zaragoza se dispone a iniciar un ambicioso plan de modernización con la construcción de una amplia red de carriles-bus, la adquisición de autobuses de más capacidad, la introducción del billete hora y, sobre todo, la reorganización de sus 28 líneas urbanas.

El alarmante descenso de la frecuencia de paso, en particular en las horas punta; el imparable crecimiento del uso del vehículo particular y la aparición y consolidación de nuevas zonas residenciales en lo que hasta hace poco se consideraba extrarradio ha llevado a las autoridades municipales a dar un giro de 180 grados en la política de transporte. Por otro lado, la proliferación de obras en las grandes arterias durante los últimos años no ha hecho más que agravar los problemas de movilidad en la capital aragonesa.

"La red de transporte urbano se ha quedado totalmente anticuada, pues se calcó de la que existía en los tiempos del tranvía y lo único que se ha hecho ha sido alargar las líneas", reconoce Jesús Sarría, concejal de Movilidad Urbana.

La reestructuración de las líneas es objeto de un estudio que se dará a conocer a principios del próximo año, pero ya se sabe que uno de sus objetivos será acortar su recorrido y amoldarlo a la realidad urbana.

"Cuanto más largo es un trayecto, más difícil es mantener la frecuencia", señala Javier Anadón, portavoz del sindicato Colectivo Unitario de Trabajadores en TUZSA, la empresa concesionaria del servicio de autobuses urbanos.

La red de líneas de autobús posee una estructura radial que tiene su centro en la plaza de España, por donde cada hora llegan a pasar hasta 325 autobuses. "Este sistema es insostenible", apunta Sarría, que se muestra partidario de potenciar los recorridos que unan zonas de la ciudad sin pasar por el centro.

"Para que la reordenación sea eficaz habrá que acabar con las líneas que se solapan en muchos kilómetros", comenta Anadón, quien considera que el origen del "deficiente servicio" de la red de transporte urbano se halla en el hecho de que la empresa concesionaria cobre por viajes realizados y por kilómetros cubiertos. "De esa forma --opina el sindicalista--, se prioriza el negocio privado por encima de la prestación de un servicio público".

Hasta ahora, la política de las sucesivas administraciones municipales en materia de transporte colectivo ha consistido en alargar las líneas existentes hasta las nuevas zonas residenciales que surgen en las afueras de Zaragoza.

"Lo que se ha conseguido de esa manera ha sido llevar el bus hasta barrios muy poco poblados a costa de dejar desasistidas zonas con muchos habitantes, como ocurre en el eje Duquesa Villahermosa- Vicente Berdusán en Delicias", denuncia Angel Muñoz, de la asociación de vecinos Manuel Viola, quien se queja de que "la subida del billete de 70 a 75 céntimos no va a venir acompañada de ninguna mejora del servicio".

Otra pieza clave en la nueva etapa en materia de transporte la constituirán los carriles-bus, que en la actualidad abarcan un total de 11,9 kilómetros. "En diciembre --anuncia Sarría-- se instalarán carriles de uso exclusivo del autobús en César Augusto, avenida América y en las principales arterias del Actur, y en enero en el paseo de Pamplona".

Estarán dotados de separadores de caucho que evitarán el paso de coches particulares, pero no impedirán que sean atravesados por vehículos de emergencia.

Julio Murillo, de la asociación de vecinos Puente de Santiago y conductor de TUZSA considera que la instalación de carriles-bus "debe complementarse con medidas que den prioridad a los autobuses en los atascos, pues, si no se hace así, no se habrá adelantado gran cosa".

Además, a partir del mes de enero, el bonobús pasará a la historia y se generalizará el uso de la tarjeta bus, también denominada billete hora. Este medio electrónico de pago, que ya se aplica con carácter experimental en Parque Goya I, permitirá realizar varios trasbordos por el precio de uno solo uso, en el plazo de una hora.

"Nuestra idea es fomentar que los usuarios hagan trasbordos sin que les resulten gravosos", declara el concejal de Movilidad Urbana, para quien el futuro del transporte colectivo en Zaragoza pasa por la conexión entre las líneas de autobuses urbanos e interurbanos y con la futura construcción de una red de metro ligero.