Uno de los yacimientos que ha conseguido mantener el pulso a la crisis ha sido el de Los Bañales, situado a 15 kilómetros de Uncastillo, con intensa presencia romana. Su modelo de trabajo parte de la Fundación Uncastillo e implica a todas las instituciones de la zona lo que ha permitido que el trabajo no se haya detenido en todos estos años. «Las instituciones del territorio -indica el director de Los Bañales, Javier Andreu- están a la altura de la identificación con este lugar de la gente de la zona lo que nos ha permitido encontrar herramientas de cofinanciación y diversificar el enfoque del yacimiento».

En la campaña de este año, la novena consecutiva que se ha prolongado (tras unos trabajos previos en mayo y junio) hasta el pasado 23 de julio, el equipo liderado por Javier Andreu ha trabajado en tres zonas: en el foro de la ciudad, en un edificio virgen apoyado en la ladera del foro y en una vivienda aristocrático del siglo I. «El gran hallazgo -explica Andreu- ha sido el edificio virgen donde hemos encontrado sillares almohadillados y todo nos indica que era un edificio público y de carácter monumental». ¿Qué clase de edificio? Los estudios realizados a partir de la planta apuntan hacia tres posibilidades, explica el director del yacimiento, Javier Andreu: «Un espacio de reuniones, un lugar para las votaciones en las elecciones anuales ya que el foro era muy pequeño o un lugar para el estacionamiento de vehículos y carruajes ya que estaba próximo a la calle principal». Es, por tanto, un edificio importante pero que «sostenía a otro garantizando la arquitectura sostenible». En él, se han descubierto unos muros «potentes» y se baraja la opción de que fuera el templo romano ya que hasta ahora no se había podido localizar. «Tiene su lógica porque estaría en lo alto y sería visible desde la calzada», indica Andreu.

Estos últimos trabajos han confirmado que «estamos ante un barrio residencial bastante potente y lo demuestra el hecho de que en el momento en que abres zonas nuevas, los hallazgos se multiplican», dice Andreu, que se muestra contento de que «el potencial que siempre se le ha presumido a este yacimiento haya dejado de ser una mitología y empiece a ser una realidad» aunque también reconoce el debe: «Ojalá tuviéramos más recursos para realizar una adecuada puesta en valor y una señalización».