La nueva presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, prometió ayer su cargo con un discurso en el que destacó la exigencia ciudadana de "transparencia, ética pública y mayor participación" surgida tras el 15-M. "Este parlamento tiene el reto de articular todas ellas", indicó. Y puso sobre la mesa su condición de primera mujer en acceder al cargo con la intención de que no quede "en una mera anécdota".

La diputada de Podemos indicó que entre sus próximas medidas intentará "hacer todo lo posible para visibilizar el rechazo institucional del parlamento a la violencia machista mientras los grupos trabajamos en erradicarla". Evocó a la generación de su madre y su abuela para señalar el esfuerzo que les supuso alcanzar empleos reservados para hombres. También defendió "la diversidad que conforma la ciudadanía aragonesa" y se comprometió a "velar por los intereses comunes". "Quiero asegurar que las instituciones vuelvan a ser el amparo ante los poderes no democráticos que hoy en día amenazan la soberanía de Aragón", destacó.

En su intervención tuvo un momento para elogiar la labor desempeñada durante un año por su predecesor, Antonio Cosculluela. "Se ha demostrado que el diálogo y el entendimiento, en definitiva, la labor de parlamentar, han permitido llegar a acuerdos", recordó sobre el proceso que ha permitido fraguar el pacto de relevo.

SIN CONCRECIÓN

A pesar de que Podemos presentó durante el periodo de negociaciones un ambicioso documento --llamado Una presidencia para el siglo XXI-- con reformas de calado para la Cámara, Barba prefirió no entrar en ninguno de los aspectos contenidos en un texto que el resto de grupos únicamente se han comprometido a estudiar. Por el momento, la diputada se limitó a avanzar cambios para adaptar la institución a los nuevos ritmos. "Los nuevos tiempos tienen que hacer frente al agotamiento del mundo de ayer", expresó.