Si me garantizan que no me va a faltar agua para regadío, cómo se haga me importa poco. Para eso están los técnicos". Así se pronunció ayer en declaraciones a este diario Luis Ciudad, presidente de la Comunidad General de Regantes de Bardenas, la zona beneficiada por el recrecimiento del embalse de Yesa y la que más activamente defiende la obra. Ciudad aseguró estar dispuesto a participar en la negociación que la DGA quiere impulsar para intentar crear un nuevo consenso en torno a esta polémica. Eso sí, matizó que alcanzar ese acuerdo será "difícil" y consideró "innegociables" las demandas de los regantes.

El pasado martes, el Gobierno aragonés decidió remitir una carta a la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, para solicitarle que abra una negociación sobre el recrecimiento de Yesa y ver si es posible propiciar el acuerdo de todos los implicados. El PSOE-PAR tomó esta decisión tras asumir la reclamación de Sigüés de que se haga una ampliación más pequeña de la prevista para no quedar bajo las aguas, y también al comprobar que se generalizan las peticiones de diálogo (CHA e IU también lo han solicitado).

Ante estos hechos, el presidente de los regantes de Bardenas, Luis Ciudad, quiso reiterar que esta zona necesita que Yesa sea recrecido. E incluso vio "poco serio" seguir discutiendo sobre el tamaño que debe tener el embalse siete años después de aprobarse, bajo mandato del PSOE, el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, que incluye este proyecto.

¿GESTOS? Pese a todo, Ciudad afirmó que su organización está "abierta al diálogo" y recordó que, de hecho, ya se ha sentado a hablar con los alcaldes afectados por Yesa. "¿Si es posible el acuerdo? No puedo decir ni que sí ni que no, pero me parece difícil", comentó. Pero quiso dejar una puerta abierta: "Si me garantizan que no me va a faltar agua para regadío, cómo se haga me importa poco". Y también, una advertencia: "Eso sí, si falta agua para Zaragoza, que se entiendan ellos". Se refería a la obra para hacer llegar a la capital aragonesa agua de Yesa.

Del recrecimiento también se habló ayer en una reunión de la Federación de Regantes del Ebro con la ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, para repasar la situación de la cuenca. Según César Trillo, presidente de Riegos del Alto Aragón, se solicitó a la ministra que Yesa se mantenga "en la cota máxima", es decir, que siga adelante la mayor ampliación de la presa.

De esta forma, recordó Trillo, no hay que cambiar el proyecto y no se retrasa la obra. "Otra cosa es subir la presa al máximo y decidir después hasta dónde se llena", sugirió el regante. Esta es una de las opciones que se barajan extraoficialmente para dar salida al conflicto.

Y es que los regantes, como resaltó Ciudad, no quieren que los trabajos se paralicen, algo que también destacó Javier Aznárez, representante del sindicato agrario UAGA y regante de Bardenas. Su organización apuesta por el diálogo, incluso por la posibilidad de hacer un Yesa más pequeño, pero sin detener las obras.

La voz más discrepante llegó ayer de Artieda y Mianos, los otros dos municipios afectados por Yesa. Sus alcaldes, Luis Solana y Carlos Pérez, respectivamente, calificaron de "acto partidista claro" el encuentro del martes entre Marcelino Iglesias, presidente aragonés, el alcalde de Sigüés, Daniel Salinas, y el presidente de Adelpa, asociación de municipios pirenaicos, Pedro Santorromán.

Esta reunión fue, a juicio de los dos ediles y de la Asociación Río Aragón, "el primer acto del circo de la mentira", pues Sigüés "no es el único afectado, también lo son Artieda, Mianos, Ruesta y Escó". En su opinión, se pretende "dar una salida airosa al Gobierno de Aragón y buscar un consenso falso". Estos afectados (el recrecimiento no inunda casas, sino tierras de cultivo) se opusieron a la ampliación sea cual sea su tamaño y recordaron su intención de recurrir el proceso de expropiaciones de Artieda. Lamentaron que Iglesias decidiera al final no recibirlos el martes pese a lo previsto.