En los barrios están que trinan con el Gobierno de la ciudad, y eso que lleva poco más de cien días dirigiéndola. En realidad el cabreo no es nuevo sino que se ha ido alimentando durante los últimos años y los primeros recortes de PP-Cs han acabado por agotar su paciencia y detonar la bomba.

Desde la Federación de Barrios de Zaragoza (FABZ) están especialmente cabreados. «En la oposición decían que ellos sí que sabían gestionar, que lo harían mejor. Pues si por eso entienden recortar, no lo están haciendo muy bien», explicó su presidente Manuel Arnal que criticó que el alcalde, Jorge Azcón, decidiese prorrogar los presupuestos. «En campaña decía que elaboraría unos nuevos y nada más llegar lo ha incumplido», matizó.

La reforma de Tenor Fleta, la de la avenida Cataluña, la de los depósitos Pignatelli son «fundamentales para la ciudad», asegura, y, en cambio, dice que al primer edil solo se le escucha hablar de La Romareda. «¿Es que es la única inversión que pretende hacer o qué?», cuestiona, ya que Hacienda ha decidido destinar las partidas de estos proyectos a pagar deuda.

Desde la Unión Vecinal Cesaraugusta se muestran más benévolos. «El interventor dice en la auditoría que la situación no es buena, tengo que creerle», dice su presidente, José Luis Rivas, que considera indispensable que se de una salida a la prolongación de Tenor Fleta. «Por una sencilla razón, porque esto sí que es un verdadero proyecto de ciudad y porque es un eje fundamental que no funciona», explica. «Dicen que han paralizado todas las obras porque no hay dinero, pues habrá que ver si es verdad y eso se verá en los presupuestos del 2020», añade, tras admitir que la ciudad está «paralizada, como estuvo con ZeC». «¿En qué avanzó en la pasada legislatura? Poco».

En la margen izquierda consideran un despropósito que se aparque la reforma de la avenida Cataluña. Tras años negociando con Fomento su cesión para poder acometer la reforma integral que merecen sus vecinos, se alcanzó el acuerdo con el ministerio año pasado con ZeC, pero el actual equipo de Gobierno ha decidido detraer la cuantía.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Arrabal, Rafael Tejedor, ha decidido tirar del ingenio para llevar con humor los recortes y ha calificado como «partidas tapabocas» la retahíla de proyectos que tenían una consignación económica, insuficiente desde su origen para hacer algo. Ahora ya no tienen ni la calderilla. «Parece que lo hacen para que los vecinos nos callemos, las dotan con algo de dinero pero que es insuficiente», explicó. En este barrio, la explanada de la Estación del Norte se vuelve a quedar en la lista de espera, «y eso que no tienen ni que redactar un proyecto, que ya está y encima lo apoyaron todos los grupos». Algo parecido sucede en el parque Tío Jorge, donde «hay que actuar en el arbolado, en los caminos, en la iluminación, en los bancos y ahora dicen que, como no hay dinero para hacer el tanque de tormentas, tampoco se puede hacer el resto. ¿Qué tendrá que ver?», critica.

La decisión de acabar de un plumazo con los presupuestos participativos tampoco ha gustado nada. «Los proyectos son propuestas de los vecinos», recuerda Arnal, y eso que tanto la FABZ como la Unión Vecinal se mostraron muy críticos con el formato. «Nunca nos gustó, pero eso no significa que se los carguen», añadió. Rivas recordó que advirtieron que serían «una fracaso y que así ha sido». Tanto que ni siquiera se van a ejecutar en su totalidad. Ya se verá qué pasa en el 2020.