Los barrios de Zaragoza unieron fuerzas ayer con un vermú y comida de traje para coger energía y seguir luchando en la marcha feminista. Los actos tuvieron lugar en cada uno de los puntos establecidos por cada distrito a las 12.00 horas donde acudieron más de medio centenar de mujeres. El aperitivo consistió en hacer una parada de descanso donde cada vecino lleva algo de comida al punto de encuentro para después reindivindicar y denunciar cómo está la situación en la manifestación de la tarde. De este modo, se evitó comprar en otros establecimientos donde puede haber trabajadoras que tienen derecho a secundar la huelga.

En el barrio de la Magdalena, se notaba un ambiente de celebración y decidida reindivindicación. «Si el año pasado tuvimos motivos, este tenemos mil más, ya que los partidos de ultraderecha quieren acabar con las leyes feministas», aseguró Carmen, de la Comisión de la Mujer. «Somos afortunadas por poder hacer huelga porque hay muchas que no la pueden hacer», subrayó Pilar, una trabajadora de una entidad social de exclusión.

Los machismos y micromachismos siguen vigentes en la sociedad. El primero de ellos se ve más claro. Sin embargo, los pequeños comentarios despectivos hacia las mujeres pueden pasar desapercibidos y asumirse como algo normal. «Cuando veamos la presencia de estas actitudes tenemos que hablar con la palabra y con la educación», exclamó Ana que acudió al encuentro del vermú.

De la misma manera, una maestra de primaria que estaba disfrutando del aperitivo mostró a sus alumnos en las clases previas a la manifestación, que el derecho a hacer huelga para luchar por los derechos es también una forma de enseñanza. «Los estudiantes en los colegios no están muy concienciados con la igualdad» Sin embargo, la educadora exclamó que hay mucha gente que si que lo está y «que da visibilidad y se une a acciones como esta».

Por otro lado, los barrios de Las Fuentes y San José organizaron actos conjuntos para continuar con la huelga. «Vemos el futuro con más lucha. Tal y como está la situación política tenemos que seguir peleando por nuestros derechos y si nos paramos, perdemos», expresó Carmen de la agrupación de vecinos de San José. En la misma línea, Marisa, de la asociación de vecinos de Las Fuentes expresó que «hay gente que está equivocada. Buscamos la igualdad y que nos reconozcan los derechos que nos han sido negados. No queremos ser superiores a los hombres».

La fuente de las Aguadoras fue vestida con pañuelos morados. Las vecinas cogieron fuerzas con el vermú y fueron preparando la voz con el canto de vamos a la huelga y otro tipo de himnos. Pitadas y caceroladas acompañaron en la semana morada para dar voz a miles de mujeres.

«Nos queda mucho camino por avanzar sobre todo con el reparto y la equidad», contó Virginia, una trabajadora que salió ayer para apoyar la movilización.

Asimismo, una de las peculiaridades de este año es que algunas de las ciudadanas acudieron a la manifestación desde los barrios. De esta manera, se ha acercado el 8-M a los diferentes distritos de la ciudad con diversas actividades.

Muchas mujeres lucharon en la jornada de ayer por las que no pudieron asistir. Además, algunos hombres crearon un comité y colaboraron con la organización del 8-M para que la representatividad fuese al completo de ellas.