La militancia socialista se enfrentó ayer de nuevo al dilema de las primarias. Aunque ya han elegido con este sistema a varios de sus candidatos, era la primera vez que votaban para seleccionar al candidato a la alcaldía de Zaragoza. Una plaza fuerte y muy disputada. Hubo graves tensión en varios momentos de la jornada y un deseo por encima de todo. «Necesitamos algo distinto, fuerte, porque tenemos que ganar en el ayuntamiento», indicó la afiliada Dominica Escura.

La puesta en marcha del engranaje de las primarias fue complicada. Los censos retrasaron el comienzo y algunos interventores empezaron con sospechas. Al alertar de que no les dejaban ejercer su labor se pasó a los gritos y los empujones. Detrás de todo estaban las sonadas discrepancias y batallas orgánicas entre algunas de las agrupaciones. A pesar de todo, y en términos generales, la jornada transcurrió con serenidad.

El presidente del Gobierno de Aragón y secretario general de los socialistas en la comunidad, Javier Lambán, no pisó ayer la sede de la calle Conde Aranda de Zaragoza. Estaba en Alcañiz viendo carreras de motos. «Ningún partido político, ni en la comunidad autónoma ni en el resto de España, es capaz de desarrollar los ejercicios de democracia interna de los que nosotros somos capaces», afirmó. Como está afiliado en Ejea de los Caballeros no era necesario su voto.

Nuevos tiempos

«Cada partido se adapta a los tiempos como puede, todos los grupos van cambiando al mismo tiempo que cambia la sociedad», reflexionó Consuelo Bernal, otra de las militantes que acudió a las urnas. Aún defendiendo la «tradición democrática» del partido, reconoció que este tipo de consultas papeleta en mano no habían sido habituales hasta ahora. «En las agrupaciones locales siempre se han tenido en cuenta todas las opiniones y se nos ha permitido participar», explicó.

Algunos de los militantes llegaron a la sedes de la formación en patinete eléctrico, sumándose también a las nuevas modas de modalidad sostenible. En la entrada varios carritos de bebés y un cartel en el que se explicaba la distribución de las urnas. Los de la Almozara, el Casco Histórico, Casetas, Garrapinillos y Centro 1 votaban en el vestíbulo. Centro 2 y El Rabal en lo que en un tiempo fue la sala de prensa. El resto, en el salón de actos, que durante buena parte de la jornada estuvo notablemente concurrido.

Juana Díaz ejercía de apoderada de Carmen Dueso. Con más de 40 años en el partido, pide «dejar a un lado las envidias» y trabajar por una candidatura única. «Yo no sé qué pasará finalmente, pero en este momento existe mucha lucha interna, y se tendría que buscar una forma de que el candidato sea el que más votos consiga sin tener que votar más veces», indicó ante la probabilidad de una segunda vuelta el próximo fin de semana.

Valor democrático

Con solo un año inscrita en el PSOE la estudiante de veterinaria Marina Gómez ejercía como apoderada de Pilar Alegría. «Votar dentro del partido es algo democrático», afirmó. Ingresó en la formación por «tradición familiar». Ionela Ceausu es apoderada de Florencio García Madrigal. «Tenemos la sensación de que estará todo muy reñido», confirmó. Destacó que una buena parte de la militancia de más edad realizó «un gran esfuerzo» para estar presente en la cita.

Alegría fue la primera en depositar su papeleta. Llegó sobre las once de la mañana y poco después abandonó la sede. El siguiente en ejercer su derecho fue García Madrigal, que pasó varias horas saludando y conversando con los militantes y votó con sus hijos. Rozando la una del mediodía Carmen Dueso cerró la lista de candidatos en pasar por Conde Aranda. «Uno no puede sentir más que motivos y razones para el orgullo», aseguró el propio Lambán de un proceso que, dependiendo del resultado final, puede poner en cuestión el control de la organización ciudadana por parte del aparato.

Muebles viejos

En la primera planta de la sede socialista todavía se conservan los muebles viejos con los que se improvisaron los primeros despachos de las agrupaciones locales. Con el paso de los años cada una de ellas se ha establecido en una sede propia y la sala ha quedado como un salón de usos múltiples y almacén improvisado. Junto a ella los afiliados pueden tomar un café o unos zumos para que se hagan menos pesadas las horas de votación.

Por la zona han pasado desde los diputados autonómicos a los estatales, así como los concejales municipales. «En la alcaldía de Zaragoza habrá un cambio seguro, sea cual sea el candidato que salga elegido», afirmó bastante confiado otro de los afiliados.