El presidente del PP de Zaragoza, Javier Campoy, y la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, formarán parte del máximo órgano de dirección del PP tras ser incluidos en la lista del flamante presidente, Pablo Casado. Ambos, junto al presidente regional, Luis María Beamonte, estarán en el comité ejecutivo nacional del nuevo PP.

A su vez, Casado no se olvida de uno de sus principales apoyos en Aragón, Pedro Navarro, concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza con el que tiene numerosas similitudes y que entrará en el segundo órgano del partido, la junta directiva nacional. Casado y Navarro no solo comparten generación, sino que ambos han compartido ideas y proyectos en la misma escuela ideológica.

Con estas designaciones, y a la espera de que se puedan incluir al menos dos aragoneses más en las vicesecretarías que se conocerán la semana próxima, el presidente aragonés del PP, Luis María Beamonte, gana fuerza en la dirección nacional y los conservadores aragoneses --que en su mayoría apoyaron a Dolores de Cospedal y posteriormente brindaron su apoyo a Casado a pesar de que a nivel oficial se dio libertad de voto a todos los compromisarios-- tendrán un papel relevante en el partido que a partir de ahora liderará Pablo Casado.

REFORZADO / Beamonte ganó la apuesta y sale reforzado. En el caso de que Sáenz de Santamaría hubiera ganado la presidencia, el futuro del actual presidente y su equipo habría quedado seriamente debilitado.

«Estoy muy satisfecho. Hoy ha ganado el PP, un PP sin complejos y ganador. Hoy he visto de nuevo ilusión y estoy muy contento, principalmente porque ha sucedido lo que deseábamos, el partido sale unido y no se ha roto, a pesar de que corríamos riesgos y los hemos superado con una gran responsabilidad», resumía Beamonte al término del congreso. Asimismo, admitía que «el PP aragonés está hoy más representado en la dirección nacional que nunca. No voy a decir ni mejor ni peor, pero está claro que tenemos un mayor peso significativo y personas con una sobrada valía. Nuestra posición sale muy reforzada», admitía Beamonte, que continuará negociando en las próximas horas la inclusión en el aparato nacional del partido otros aragoneses. Aunque no ha trascendido ningún nombre, Mario Garcés --que fue el primer valedor de Casado en Aragón-- y Ramón Moreno podrían tener sus opciones, así como otras personas del agrado de la presidencia popular en Aragón.

Beamonte no quiso entrar a valorar si el nombramiento de Casado supone un giro a la derecha en su partido, pero admitió que hay que asumir que «el PP es un partido sin complejos, con unos profundos valores que defiende y que lo hace sin ningún problema, recuperando lo que siempre ha sido el PP». El líder de los populares aragoneses, asimismo, destacó principalmente «la unidad y la cohesión» del PP. «Es lo que más me preocupaba y hemos demostrado que, como ocurre en el PP aragonés, estamos todos unidos y somos más fuertes para afrontar este nuevo periodo político. Sin ruidos ni estridencias».

DERROTADOS / Si bien todos los populares lanzaron mensajes de integración y destacaron que no había ni vencedores ni vencidos en este proceso, sí reconocieron que la posición de Sáenz de Santamaría y quienes le apoyaban queda muy debilitada a nivel orgánico. Sin embargo, los apoyos públicos de dirigentes de cierto peso en el PP aragonés eran muy escasos. Tan solo Ana Alós, que participó en un vídeo de apoyo a Sáenz de Santamaría, formaba parte de políticos aragoneses en activo que daban su voto a la exvicepresidenta. En cualquier caso, Alós seguirá teniendo una posición relevante en Aragón. Por su parte, Bermúdez de Castro, exsecretario de Estado con Sáenz de Santamaría, volvió a darle su apoyo al tiempo que insistió en que, desde ayer y tras muchos años con responsabilidades orgánicas, es un militante de base.