El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, reconoció ayer que han existido divergencias con el Gobierno de Aragón a lo largo del primer año de legislatura. Aunque le restó importancia, admitió que se han producido "suspicacias puntuales" y "tensiones políticas" entre las dos administraciones de color socialista debidas a "enfoques diferentes" en algunos temas.

Como ejemplo representativo, Belloch citó los desacuerdos del mes de julio en torno a la ubicación de Ikea. Mientras el Ayuntamiento de Zaragoza ha defendido su implantación en Puerto Venecia (el complejo de ocio y comercio de iniciativa privada que se está construyendo junto al barrio de Torrero), se tuvo conocimiento de que un consejero delegado de Pla-Za llegó a ofrecer suelo a la empresa en un encuentro celebrado en Madrid.

Pese a que desde la DGA se negase categóricamente que el presidente de la plataforma logística, el consejero Javier Velasco, se hubiese reunido para tratar de atraer a la compañía sueca, el alcalde de Zaragoza manifestó públicamente su profundo rechazo a la instalación de una gran superficie de Ikea en Pla-Za en detrimento del proyecto comercial diseñado para el barrio de Torrero.

Juan Alberto Belloch quiso restar ayer importancia a este choque entre los intereses municipales y los autonómicos al asegurar que con Marcelino Iglesias a la cabeza del Gobierno autonómico se ha conseguido "por primera vez" una implicación "de verdad" en los proyectos de ciudad. No obstante, en declaraciones recibidas tras la firma de un convenio de colaboración entre Pikolín y el Ayuntamiento de Zaragoza para apoyar la candidatura de la Expo 2008, apostilló: "Cada administración tiene su propia lógica y al ayuntamiento sólo le corresponde velar por los intereses de Zaragoza. Naturalmente, puede haber desacuerdos, aunque son puntuales y de enfoque diferente".

Hace unos días, el presidente del Ejecutivo aragonés, Marcelino Iglesias, también admitía en una entrevista concedida a EL PERIODICO las existencia de dificultades. "El que haya pactos diferentes en las administraciones locales y en el Gobierno de Aragón produce una complejidad que hay que administrar desde la madurez política", dijo.

CON CHA, FRANCAMENTE BIEN El alcalde de Zaragoza también se refirió ayer a la naturaleza de las relaciones durante este primer año de legislatura con su equipo de Gobierno, Chunta Aragonesista. "Francamente y sorprendentemente las cosas han ido bien, a pesar de ser partidos tan diferentes", sostuvo Belloch.

Durante todo el año se han sucedido escenas de desencuentros entre nacionalistas y socialistas en torno a asuntos como la espectacular subida de impuestos que se aprobará este mes para salvar la crisis económica del ayuntamiento, el futuro del estadio de la Romareda, la venta de suelo público o la restructuración de los altos cargos realizada por Belloch hace unos meses. En opinión del alcalde, "todos estos roces no han impedido que las decisiones más difíciles para la ciudad se hayan afrontado".

El miércoles, el alcalde de Zaragoza se reunió con los concejales de su partido para realizar un balance de los meses transcurridos. En el encuentro se valoró positivamente la coalición PSOE-CHA y se subrayó la necesidad de "afianzarla y asegurarla" para mantener "el buen equilibrio" del primer año de legislatura municipal.

Uno de los asuntos más espinosos ha sido la decisión de aumentar drásticamente los tributos para solventar el déficit de las arcas municipales. Esta medida es la base del plan económico-financiero que se está ultimando con la intención de aprobarlo este mismo mes.