El riesgo de accidente para una persona que conduce y habla por teléfono al mismo tiempo es similar al de otra que conduce un vehículo con un gramo de alcohol por litro de sangre, según explicó ayer la profesora de Toxicología de la Universidad de Zaragoza Ana Ferrer. En su opinión, se trata de dos tareas complejas que impiden concentrarse a las personas en una de ellas, con lo que la posibilidad de sufrir un accidente de circulación se multiplica por seis, con independencia de que el teléfono sea móvil o el de manos libres. Según los estudios realizados al respecto, el 92% de los propietarios españoles de teléfonos móviles los utilizan habitualmente con independencia de que estén conduciendo o no y son causa de siniestros, cifrados en el 23,8% de los casos.