La brecha salarial de género, es decir, la diferencia de sueldos entre un hombre y una mujer, existe. Se trata de un concepto complejo y, a veces, volátil en lo relativo a las distintas mediciones que lo concretan. No obstante, y a pesar de las incertidumbres que surgen, algunos aspectos quedan claros. El primero que, efectivamente, este fenómeno es muy real y que la tasa en Aragón es más alta que la media nacional. Según los últimos datos del Gobierno autonómico, del 25,3%, frente al 22,34% de España en el 2018. Alrededor del tema, y a pesar de las diferencias entre datos, también parece quedar claro que la asunción de cuidados por parte de las mujeres resulta una piedra angular que lastra sus carreras profesionales. Igualmente, que el combate contra esta desigualdad pasa por el esfuerzo de familias, empresas y administración, por la educación y por un cambio de mentalidad: corresponsabilidad (ser responsables todos con las causas que llevan a este horizonte) frente a conciliación, asociada un modelo para que las mujeres compatibilicen ambas áreas.

Todas estas cuestiones quedaron ayer patentes en la jornada Determinantes de la brecha salarial de género, una actividad organizada en Zaragoza por los institutos nacional y aragonés de la Mujer y que congregó a las representantes de empresa, administración y sindicatos. Así, estos tres puntos para atajarla fueron comunes para todas las posturas. Todo ello, con la cercanía del 22 de febrero, Día Europeo de la Igualdad Salarial. Antesala, por cierto, del 8M.

Que los datos fueron algo dispares lo pone de manifiesto, por ejemplo, que desde el Ejetutivo aragonés afirmen que se ha reducido la brecha de género en casi cuatro puntos desde el inicio de la legislatura, mientras que si uno atiende a lo expuesto por la secretaria de Formación y Empleo de UGT en Aragón, Pura Huerta, este dato ha pasado de 25,85% en el 2015 y actualmente alcanza el 25,9%, situándose como el cuarto más alto del país. No fue el único estudio que se mostró; para Eurostat, España llega al 14,9%, frente al 22,34% que apunta el Estado.

Al margen de estas variaciones, uno de los mejores reflejos para entender el concepto pasa por analizar las solicitudes de excedencias por cuidados de hijos, personas mayores y dependientes en Aragón en el 2018. Así 1.478, el 93%, fueron pedidas por mujeres, frente a las 110 realizadas por hombres. El dato une dos de las cuestiones capitales para comprender la brecha salarial: la asunción de las tareas de cuidado es abrumadoramente más alta en las mujeres, que sufrirán los efectos de la paralización de su carrera laboral, resentida en su evolución y, en consecuencia, en las retribuciones finales si se compara con la de un compañero que puede continuar con su desempeño.

cuidadoras / «La media de los sueldos de los hombres es de 25.000 euros y la de las mujeres, de 19.000», destacó la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, quien añadió que el 72% de las jornadas reducidas en la comunidad corresponde a mujeres. «No hay una igualdad entre hombres y mujeres en el sentido laboral, pero también es consecuencia de que las mujeres siguen siendo las cuidadoras», recalcó. «Las mujeres, por el hecho de serlo, cobramos una media entre el 22% y el 24% menos», afirmó la directora del Instituto de la Mujer, Silvia Buavent.

La profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, María Luz Rodríguez, abogó por la subida de impuestos para que esta labor recaiga sobre la sociedad. «Hubo un reparto de roles en nuestro país. Uno se dedicaba a producir y otra se dedicaba a reproducir. Ese viejo esquema se sigue manteniendo», evaluó. También, apuntó como soluciones la subida del salario y de las pensiones mínimas o repensar la negociación colectiva. Pero, sobre todo, «revisarse como sociedad, de arriba a abajo».

«Existe la brecha salarial en todos los sectores y categorías profesionales. Hay que aumentar el empleo de calidad», señaló Huerta, mientras que Carolina Álvarez, de CEOE Aragón, apostó por «el esfuerzo y dedicación conjuntas». «La administración pública debe incentivar la medición en este sentido y la transparencia, como las políticas de corresponsabilidad», además de fomentar la igualdad en la educación y aumentar el número de mujeres en puestos de responsabilidad.

«Tenemos que ser partícipes todos los sectores, con la implicación de todos los agentes sociales», apuntó María Victoria Pérez, de Cepyme. «La presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad está muy lejos de ser real», concluyó María Jesús Lorente, de Arame. «El camino lo vamos a recorrer de la mano de los hombres», dijo Valle García, secretaria de Directivas de Aragón. «Hay que educar en la corresponsabilidad», concluyó.