Otro de los asuntos que promete bronca en la próxima Comisión de Urbanismo del lunes apunta a uno de los temas más controvertidos de la pasada legislatura, los 200 pisos que la promotora Brial quiere levantar en los antiguos suelos de la factoría Averly, en el paseo María Agustín de Zaragoza. Se trata de un acuerdo exprés, que en el escaso margen de un mes se ha alcanzado por parte del alcalde y el grupo inmobiliario que es el propietario de los terrenos de la antigua factoría. De todos menos de una pequeña porción de terreno, que pertenece al ayuntamiento y que por la que se ha comprometido a abonar «600.880 euros». Una cuantía que abarata en mucho las cantidades exigidas en la anterior corporación, en torno a un 30% y que se traduce en una tasación de unos 1.000 euros por metro cuadrado que el Gobierno anterior de Zaragoza en Común (ZeC) llegó a cifrar en 1.400.

Es, quizá el punto más destacado de un convenio de gestión que llevará la firma del alcalde, Jorge Azcón, y del responsable de la inmobiliaria, Neurbe Promociones (del Grupo Brial) para poner fin a más de un año de paralización. Un acuerdo exprés que se ha concretado en apenas un mes, el primero del mandato del Gobierno PP-Cs, y en unas condiciones que nadie en la oposición conocía. Por supuesto no se ha informado a ZeC y Podemos-Equo, contrarios a la construcción de las viviendas (y a la demolición ya consumada de las naves no catalogadas de la factoría), pero tampoco a PSOE y Vox.

Este es un acuerdo significativo, porque una de las consecuencias directas de este apartado, dejaría a Brial como propietario único de todo el ámbito a desarrollar, es decir, sin posibilidad de crear una junta de compensación en la que el ayuntamiento, como propietario de parte del terreno, también estaría.

La cláusula quinta de ese convenio de gestión es la que establece esas condiciones económicas. La promotora adquiriría una superficie de «293,75 metros cuadrados» y «se obliga a pagar al Ayuntamiento de Zaragoza, de conformidad con lo previsto en la cuenta de liquidación del proyecto de reparcelación, como compensación al defecto de adjudicación de 600,88 metros cuadrados edificables, la cantidad de 600.880 euros, en el plazo de los tres meses siguientes a la fecha en que se adopte el citado acuerdo de aprobación definitiva». Sin embargo, puede que esta cantidad ni siquiera tenga que pagarla, puesto que en el mismo apartado apunta que la empresa ofrece al consistorio que «si este mostrara interés por esta solución antes», ese «pago en metálico podrá ser sustituido por la entrega de Neurbe Promociones al ayuntamiento de locales aptos para servir como equipamiento municipal, en las condiciones de acabado, ubicación y valoración que al efecto puedan pactarse en el futuro entre ambas partes o por alguna otra compensación que resulte de conformidad por ambas partes».

Todo el proyecto de urbanización está presentado para impulsar una ejecución de las obras que, como pronto, se iniciarán ya en el 2020. El convenio también establece que otra de las mejoras, la reforma del jardín romántico junto a la residencia Hauke, se ejecutará una vez se finalice la urbanización. Y también apunta que Brial se compromete a «no edificar un mínimo del 40% de la edificabilidad residencial que le será atribuida» hasta que Carmen Hauke Bea, que ahora puede usar la residencia familiar (de hecho, vive en ella), abandone el inmueble y este pueda ser entregado al consistorio.