De entrada se puede decir que son unos buenos presupuestos, por mucho que la oposición esté en su papel y los descalifique. Otra cuestión será, primero, ver si se aprueban, y segundo, su grado de ejecución. Pero el aumento de la inversión es importante, volviendo a cifras del año 2011, cuando los recortes que después impuso el PP no se notaban en exceso. Se puede poner en duda si en este proyecto se prima la cohesión territorial o no, pero el comienzo es bastante aceptable. Aparecen reflejadas las inversiones que necesita Aragón, con un gran incremento en la provincia de Teruel, y hasta aparece el amueblamiento del expectante parador de Veruela. A esto se une que estas cuentas del Gobierno socialista aparentemente parecen las de la recuperación social con más dinero para la dependencia, para pensiones (sobre todo de viudedad), y con la supresión del copago farmacéutico. Si las enmiendas aún lo mejoran, el resultado puede ser óptimo.