Aceptar el reto de presentar unos premios de cine en España no es nada fácil, y Elena Sánchez y Edu Soto lo sabían. La presentadora quiso comenzar el evento recordando que esta era su segunda vez, y el riesgo que corría compartiendo escenario con su compañero. La ironía, el sarcasmo, y el humor, fueron pues así uno de los motivos constantes de una gala que no se alargó demasiado y donde los presentadores estuvieron correctos. Un selfi con el público, un corto a partir de fragmentos de las películas, chistes a partir de los nominados… con pocas novedades, pero la dupla hombre gracioso y mujer seria y profesional volvió a funcionar en el Palacio de Congresos de Zaragoza.

Los espectáculos musicales ya estaban anunciados de antemano, así que no hubo sorpresas. Quizás resultó un tanto extraño la sencillez de la puesta en escena de las actuaciones de Blas Cantó y Ana Guerra, que aportaron poco ritmo al evento. Por su parte, el momento que compartieron los dieciséis ya exconcursantes de Operación Triunfo 2018 sí que cumplió con las expectativas, aunque solo fuera por verlos a todos juntos fuera de la academia. Finalmente, Marta Sánchez y Carlos Baute interpretaron juntos su Te sigo pensando, un tema que tampoco acabó de caldear el ambiente, ya que, entre otras cosas, muchos apostarían que ninguno de los dos intérpretes cantó en directo. Desde luego la música no fue lo mejor de la noche.

Los entregadores de premios estuvieron bien en general. Saura, que entregó el de mejor película, se mostró muy simpático junto con el también director J. A. Bayona. Los discursos de los ganadores tampoco fueron largos, se hicieron ágiles y no se escucharon largas listas de familiares amados. Lo que no hubo, y hay que destacarlo, fue discursos demasiado reivindicativos, aunque lo que sí se escuchó y bien alto fueron los tambores de Calanda que cerraron la entrega de premios.

La parte institucional, la del discurso de Enrique Cerezo, fue breve, lo que se agradeció. En su discurso, el presidente de EGEDA se limitó a pedir a los poderes públicos que se comprometan con la cultura porque se trata de una «cuestión de Estado».

La gala no se hizo lenta y resultó entretenida, aunque tampoco aquello fue el colmo de la originalidad. Aún así, no estuvo mal, y tanto Edu Soto como Elena Sánchez acabaron la jornada habiéndose hecho notar pero sin sobresalir en exceso. Lo que se pide de dos presentadores, al fin y al cabo.