Héctor Vásquez lleva más de 18 años trabajando como camarero. Su pasión en el sector ha hecho que a día de hoy sea el empleo de su vida. «Caí por accidente en el mundo de la hostelería, pero le he cogido demasiado cariño», informó Vásquez, quién aseguró que es gratificante saber lo que quiere tomar un cliente cuando viene a la barra. «Siempre que haces un buen servicio te dan las gracias y eso es reconfortante», subrayó.

Asimismo, el camarero aseguró que «es una buena salida laboral». Sin embargo, «trabajando en la hostelería asumimos lo que hay», añadió haciendo referencia a las horas que hay que invertir, así como en tener disponibilidad para trabajar casi todos los días de la semana, ya que dependen de los eventos y de los meses con un mayor volumen de trabajo.

«Tu familia lo tiene que aceptar porque cuando hay bodas u otras celebraciones trabajamos también los domingos y festivos», declaró. Sin embargo, el camarero enunció que «siempre nos organizamos en los días flojos para poder descansar y en los más fuertes nos repartimos el trabajo».

Y es que, los jornaleros aragoneses pueden llegar a hacer desde 8 horas hasta 16 en un solo día. Además, la hostelería implica no saber cuándo se pueden coger las vacaciones. No obstante, el convenio establecido hace que esté mejor remunerado que en otros sectores. «Siempre tenemos un plus aparte del convenio de la hostelería», contó.

Con todo ello, Vásquez apuntó que se siente «agusto» por la función que desempeña a diario.