Hace tan solo seis meses, el precio del barril de petróleo Brent se situaba en los 115 dólares, ayer llegó a bajar por debajo de los 80 dólares (78,9) por primera vez en cuatro años. En abril de este año el precio medio de la gasolina de 95 era de 1,410, mientras que el pasado lunes el precio medio descendía hasta los 1,331 euros por litro. Es decir, mientras que el precio del crudo ha caído el 32,3%, el de la gasolina lo ha hecho solo un 5,3%. En el caso del gasoil, el descenso aún es inferior: 4,1%.

Las oscilaciones de precio del crudo no se trasladan automáticamente a los carburantes, insisten los operadores, pero en algunas referencias incluso se han registrado incrementos de precio, mientras descendía el crudo. Así ocurre con los precios del gasoil de varios de los operadores recogidos por la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC). En septiembre --los últimos disponibles--, el precio medio de Repsol era de 1,428 euros, cuando en enero de este mismo año era de 1,498. Algo parecido ocurre con los precios de Cepsa, que se incrementan en 19 céntimos en ese periodo. Esa tendencia ha ido ligeramente a la baja en las últimas semanas, según datos del último boletín petrolero de la Unión Europea.

La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), en la que se encuadran las grandes empresas del sector, defiende que comparar la variaciones porcentuales entre la cotización del crudo y el precio de los carburantes en el surtidor es incorrecto, ya que los impuestos y otros costes fijos minoran el porcentaje cuando se producen bajadas. Es decir, "cuando suben, los precios suben como un cohete, pero cuando bajan, lo hacen como una pluma", recordó Maurici Marzo, profesor de recursos energéticos y geológicos del petróleo de la Universidad de Barcelona (UB). "Lo acabaremos notando en céntimos y con un cierto retraso", agregó.

Los productores señalan que a partir de un precio base de 100, una bajada de 10 céntimos por litro en el coste del carburante supone un 25% de caída en el mismo. En el precio del surtidor solo supone un 10% de caída. Sin embargo, en lo que llevamos del 2014, el precio del barril de brent, principal referencia europea, ha caído más del 30% por las distorsiones entre oferta y demanda, además de efectos geoestratégicos. Pero los precios de los carburantes se mantienen en niveles que no reflejan la correlación que señala la AOP.

Y, en todo caso, no es esa asimetría la que justifica el expediente abierto por CNMC contra las distribuidoras por la evolución de los precios. Diferentes informes destacan "la falta de competencia en el sector de los combustibles de automoción en España", hasta el punto de que se registran "incrementos significativos en el precio de los carburantes, en un contexto de niveles generales de precios minoristas en España más elevados que los registrados en países de nuestro entorno". El organismo, además, ha dictado varias resoluciones sancionadoras por fijación de precios contra distintas compañías.

SE ALARGA EL VUELO

El caso es que el vuelo de la pluma se alarga en exceso. La caída de la materia prima se precipitó en abril. Desde entonces ha pasado de un rango de 115 dólares por barril a 78 los de ayer. Esa situación se explica por "el aumento de la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos (fracking), el enfriamiento de la economía mundial, y especialmente de la demanda europea y asiática, junto con la percepción de que la inestabilidad de Oriente Medio y el norte de África por los conflictos de Siria, Irak y Libia no están suponiendo una merma importante de la producción", explicó Gonzalo Escribano, del Instituto Elcano.

Se apuntan además otras causas geopolíticas relacionadas con el conflicto que enfrenta a Rusia con Occidente por Ucrania. "Un precio bajo puede dañar, sobre todo, a Rusia a Irán y también a Venezuela y puede beneficiar a Arabia Saudí y a EEUU", comentó Marzo. De hecho, se da una situación de precios muy parecida al momento en el que se desmanteló la Unión Soviética. La economía de la potencia del Este es particularmente sensible a la evolución de los precios del petróleo. Y en este momento, los intereses opuestos en el seno de la OPEP dificultan un acuerdo para reducir la producción.