Es curioso echar la vista atrás y observar que desde hace un año poco o nada ha cambiado en el mundo de la cultura: las bibliotecas siguen sin presupuestos, las ayudas públicas se han recortado todavía más y el sector sigue clamando por la bajada del 21% del IVA...

Decíamos entonces que el 2013 debía de ser el año del público, y de alguna forma así ha sido, a pesar de que el cine y el teatro han visto caer el número de espectadores (lo que ha llevado incluso en Zaragoza a cerrar salas como las de Cinesa Augusta). Pero lo ha sido porque ese público dejado clara su postura: que sigue interesado en las propuestas culturales, pero que quizá sean demasiado caras. Por eso jornadas como la Fiesta del Cine evidenciaron que con precios más reducidos la respuesta es más que generosa. Un dato a tener en cuenta.

Por otro lado, la cultura aragonesa pivotará durante 2014, en principio, sobre cuatro pilares, algunos de ellos bastante conflictivos. Así, en este mismo mes está previsto que comiencen a llegar a Zaragoza las obras de la colección de Pilar Citoler (Circa XX), que ocupará salas del Pablo Serrano. La adquisición por parte de la DGA de esta colección ha estado rodeada de polémica y será en primavera, con la exposición de las obras, cuando realmente se vea tanto el interés de la misma (más allá de los nombres que la componen), como de su rentabilidad social (la dinamización real del museo).

También en los primeros meses del año, quizá el 23 de abril, abrirá el flamante Caixafórum. Lo hará con un año de retraso sobre lo previsto, pero augura una dimensión nueva en la cultura zaragozana. Por un lado por la categoría que suelen ofrecer sus propuestas expositivas; por otro, porque podría servir de acicate para que otras entidades aumenten la calidad de las suyas en una sana y siempre beneficiosa competencia para el público.

Polémico será también en este principio de año el desahucio de la empresa Serolo de la plaza de toros de La Misericordia, lo que obliga a la Diputación Provincial no solo a convocar otro concurso para buscar nuevo gestor del coso, sino a afinar en la elección del mismo para que la plaza recupere su categoría.

El último de los pilares mencionados será la celebración del bimilenario de la muerte del emperador Augusto. La DGA ha preparado numerosos actos, con grandes exposiciones y, sobre todo, vinculándolos con distintas localidades: Zaragoza, Huesca, Calatayud y Tarazona, por lo que en esta ocasión, la gran cultura institucional no se quedará solo en la capital. Todo un detalle.

Habrá más polémicas como el posible cierre de Centro Buñuel de Calanda; la sentencia sobre la adjudicación del Centro Las Armas... pero también una parte positiva, la que llegará de la mano de los creadores: las compañías teatrales, artistas plásticos, escritores y músicos que no dejan de trabajar y plantear propuestas a pesar del trato que les dan las instituciones. Ello son la verdadera cultura.