No tiene ningún sentido que por la soberbia de los políticos se vaya al traste una actuación urbanística que estaba bien planificada, al menos como concepto. Otra cosa es que los políticos que tienen que pactar y encontrar el consenso no lo hayan hecho. Si hay Expo en el 2014 tienen que ser en el este. Lo de Ranillas es un pegote de última hora que no puede salir adelante. El alcalde, que es más hábil negociador que otros, debe meter horas para hablar con quien sea. Se reconducirá porque no pueden ser tan torpes.