La campaña electoral ha sido de bajo perfil, escasa presencia en las calles y con una notable reducción en el gasto que conlleva una cita con las urnas. Ha sido una pugna más centrada en el puerta a puerta y con un predominio absoluto de las redes sociales, donde se ha librado una batalla dialéctica en la que todos los partidos han intentado copar el mayor protagonismo. En estas elecciones también se examina, en cierta medida, el impacto que algunos dan a estas redes cibernéticas. Quedará demostrado si el uso y a veces abuso que algunos partidos han hecho de ellas ha sido suficiente para captar y aumentar su electorado respecto a otras convocatorias.