La internacionalización, o la capacidad para atraer talento extranjero (tanto de profesores como de estudiantes), es todavía una de las asignaturas pendientes de los campus españoles. Y eso que prácticamente todas las universidades han hecho bandera de ello y, con fortuna desigual y más o menos recursos, no han dejado de explorar nuevos nichos de alumnos. Ha habido campañas en Sudamérica y se han organizado decenas de expediciones a China para captar, en ambas regiones, estudiantes interesados

Con todo, solo un 4,6% de los alumnos que cursan grados universitarios en España son extranjeros, pese a que en los últimos años, sobre todo desde que Europa comparte espacio común en la educación superior -el conocido como plan Bolonia-, las cifras han mejorado notablemente, según los datos provisionales del Ministerio de Educación correspondientes al curso 2016-2017. El número de estudiantes de grado extranjeros en las universidades españolas (públicas y privadas, presenciales y a distancia) ha aumentado un 43% desde el 2009.

El porcentaje es mayor en Aragón, donde los alumnos internacionales -incluyendo los que llegan adscritos a un programa o los que llegan solo para aprender español o los que vienen por libre- superan el 6% en la Universidad de Zaragoza. «En total, incluyendo estudios propios que no son reconocidos en Bolonia, hay un porcentaje que no se calcula, por lo que habrá unos 2.400 en total. No está mal, aunque el ideal sería tener el 20%, pero estamos lejos de eso en toda España», indicó Francisco Beltrán, vicerrector de Internacionalización de la Universidad de Zaragoza.

Especialmente interesante es la cantidad de alumnos que vienen a estudiar por su cuenta, es decir, no adscritos a ningún convenio como, por ejemplo, el Erasmus. Alrededor de medio millar de estudiantes llegan al campus público de esta manera.

En la privada el aumento es mayor. Casi uno de cada cinco alumnos (19,5%) de la Universidad de San Jorge es extranjero, la mayoría en el grado de Fisioterapia. Además, un 5% de los docentes también son foráneos, procedentes de Cuba, Argentina, Reino Unido, Francia, Dinamarca, EEUU, Irlanda, Egipto, Venezuela, Perú o Polonia.

En los últimos cinco años se ha triplicado el número de estudiantes llegados a través del Erasmus+ en la Universidad San Jorge. Este curso se han contabilizado un total de 18 países de procedencia, entre los cuales se incorporan como novedad alumnos de Irlanda y Corea del Sur.

MÁSTERES // Algo más saneada es la situación de los másteres, en los que uno de cada cinco alumnos en España son foráneos. Los europeos de fuera de la Unión Europea, entre ellos los rusos, representan solo un 4,7% de los estudiantes extranjeros de máster matriculados en España, según recoge el ministerio en su último informe sobre Datos y Cifras del Sistema Universitario. Eso sí, desde el curso 2009-2010, el de la implantación del plan Bolonia, la presencia de alumnos de fuera en los másteres que se imparten en España se ha duplicado, al incrementarse en un 154%.

Si bien las cifras «mejoran en másteres y doctorados», admite Manuel Pereira Puga, investigador en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, estas se encuentran todavía «por debajo de los países de la OCDE». Pereira señala un particularidad: las «grandes diferencias que existen entre universidades, un punto que debe tenerse muy en cuenta». Por comunidades, Madrid y Catalunya, y en menor medida la Comunidad Valenciana, lideran el ránking de preferencias de los alumnos extranjeros.

Pese a los avances, ¿por qué los estudiantes extranjeros no ven suficientemente atractivo sacarse un título de grado por una universidad española, cuando esos mismos jóvenes sí escogen mayoritariamente España en programas de intercambio o de movilidad como Erasmus? Una posible explicación apunta a la escasa oferta que hay en los campus españoles de formación en lengua inglesa. «Para el alumnado angloparlante, las universidades que no tengan un porcentaje muy elevado de carreras en inglés no son atractivas. No captamos a nadie de India porque prefieren irse a Reino Unido, por ejemplo», expone Beltrán.

CUATRO AÑOS // En la Universidad de Zaragoza, hay asignaturas en inglés en la gran mayoría de grados. Además, en algunas de Ciencias se puede hacer todo en este idioma salvo las clases; en Matemáticas se puede dar un semestre entero en inglés y el grado de ADE también puede realizarse en ese idioma, presente también en algunos másteres. En la privada, entre la oferta académica de grados que se imparten, hay un destacado porcentaje de créditos en inglés en Ingeniería Informática, con un 50%; ADE, con un 37%; Educación Infantil y Primaria, con un 30%; y en Diseño de Videojuegos, con un 28,6%.

Asimismo, los cuatro años de duración de los grados en España también desincentivaría la captación de estudiantes internacionales, que pueden obtener un título similar en un año menos si se deciden por otro país. «Influye porque genera problemas de cara de créditos, ya que son la mitad y porque invertir un año más en estudiar un grado nos hace muy poco competitivos para los extranjeros», afirma Beltrán.