La capital aragonesa es la segunda ciudad dentro de la Red de Ciudades por la Bicicleta con más bicis registradas. Actualmente hay 1.117 inscritas, frente a las 1.479 de Murcia, primera en el ránking. Bien es cierto que referentes en este tipo de movilidad como Barcelona o Sevilla, con una gran tradición ciclista, tienen un registro local.

Aunque las gestiones se hacen a través del ayuntamiento, es en La Ciclería donde se realiza la identificación. Se trata de una pegatina que, en caso de ser sustraída, sus datos se quedarían grabados en el cuerpo de la bicicleta pudiéndose ver con luz ultravioleta.

«No es una medida que evite los robos, aunque sí que puede disuadirlos en algunos casos», explican desde La Ciclería. A pesar de que Zaragoza es la segunda capital con más registros, desde La Ciclería admiten que su uso «nunca ha sido masivo». A su juicio, sería «eficaz» si estuviera instaurado en toda España y la Policía Nacional y Local tuviera acceso a los datos.

Desde el colectivo Pedalea explicaron que es el momento de que el ayuntamiento apueste por la creación de aparcamientos subterráneos, conocidos como Biceberg. Una acción que entraría dentro de la segunda fase del fomento de la movilidad sostenible. «Si tienes que dejar la bici durante horas aparcada generaría más seguridad y se fomentaría su uso», explican. «Hay gente que opta por no ir en bici porque no tiene dónde dejarla en casa o durante el trabajo», añaden.

Entre los lugares claves para colocarlo destacan la estación de Delicias y los intercambiadores. «Esto sí que sería fomentar la intermodalidad», precisan.

En realidad se pusieron en marcha dos, uno en entorno de la universidad, en la esquina de las calles Menéndez Pelayo y Pedro Cerbuna, gestionado por el consistorio y con 64 plazas, y otro en la plaza San Pedro Nolasco, que lleva varios años abandonado.

RED CICLABLE / Dentro de esta segunda fase también incluyen la revisión de los carriles bici. Desde Pedalea considera que es momento de plantearse el rediseño de la red ciclable. «Se ha trabajado mucho en conseguir una malla básica conectada que permita al ciclista moverse entre barrios, pero hay que repensar la funcionalidad de algunos carriles».

Aseguran que hay algunos que no funcionan, como el de San Juan de la Peña y Sobrarbe. «Es muy estrecho y tiene poca visibilidad porque está entre la línea de aparcamiento de coches y la acera», explican. En el paseo Constitución, por ejemplo, las intersecciones tampoco «son las mejores para el ciclista», informan.

«Hasta ahora se ha creado una red que ha sido para sumar kilómetros, ahora toca mejorar algunos tramos».