Los responsables de Cáritas Diocesana de Zaragoza lo pueden decir más alto, pero no más claro: están preocupados por el aumento en un 10% de las atenciones a personas extranjeras en situación irregular (sin papeles) durante el 2018 y también por el incremento de más de un 7% de la residencia en habitaciones o viviendas realquiladas. En ambas casuísticas, según dijo Carlos Gómez, director de la entidad en Zaragoza, se pone de manifiesto «una situación alarmante» de «extrema vulnerabilidad y precarización».

La memoria anual de Cáritas Zaragoza arroja que 3 de cada 10 personas extranjeras atendidas el año pasado no tenían papeles. «Es una realidad que está pasando en todo el mundo fruto de la movilidad humana forzada», apuntó la secretaria general de la asociación, Cristina García.

En este sentido, precisó que «muchas están saliendo de sus países» por diferentes motivos. «Incluso hay personas de 70 años que abandonan su patria en busca de empleo, desconociendo qué es una nómina, la gratuidad del sistema sanitario o las prestaciones por desempleo», dijo.

El porcentaje más elevado de inmigrantes irregulares atendidos en Zaragoza se da entre los marroquíes, a los que siguen los procedentes de Nicaragua, Colombia o Venezuela.

Respecto a la vivienda, Gómez explicó que 4 de cada 10 personas residían en viviendas alquiladas, mientras que un 17,4% de las personas atendidas lo hacía en habitaciones o viviendas realquiladas. «Es algo que nos preocupa mucho. Hay familias compartiendo una misma habitación», añadió el director. «Esto refleja que el esfuerzo que han hecho las instituciones públicas ha resultado por ahora insuficiente y falta agilidad para dar respuesta a las situaciones que se están generando», puntualizó García.

Así, Cáritas Zaragoza destinó en el 2018 un total de 35,8 euros de cada 100 euros para ayudas directas al pago de alquileres, de electricidad, gas y equipamiento, según se desprende de su memoria de actividades.

Además de las subvenciones para vivienda, se dedicó 51,4 euros de cada 100 a alimentos, ropa o documentación; 5,4 euros de cada 100 al pago de medicinas, ortopedia, gafas o 2,7 euros para becas de comedor, libros y material escolar con el objetivo de reforzar la escolarización en igualdad.

NUEVAS FAMILIAS

Por otro lado, respecto a las familias atendidas por vez primera por Cáritas Diocesana de Zaragoza estas crecieron un 11% en el 2018 con respecto al 2017. Es decir, hubo nuevos hogares que pidieron ayuda por primera vez. Además, el 40% de ellos tenía menores a su cargo.

Este aumento de primeras atenciones «no está relacionado solo con la inmigración», según Gómez, sino con distintos factores de exclusión social y «muchas circunstancias» que generan situaciones de desigualdad, como empleos precarios, dijo.

El perfil de los atendidos son personas que han perdido su empleo durante la crisis y, por su edad, tienen dificultades para volver a ocuparse. García apuntó que también son hogares vulnerables aquellos encabezados por mujeres o por personas con baja cualificación.

La campaña institucional puesta en marcha por Cáritas Zaragoza tiene este año el lema Pon en marcha tu compromiso para mejorar el mundo y su director hizo ayer un llamamiento a la sociedad para que «acompañe» a otras personas. «Existe una crisis de modelo social que ha dado paso a nuevas formas de pobreza y exclusión que no solo están relacionadas con la economía, sino con la pobreza personal, la soledad o la falta de salidas», precisó. La entidad cuenta con 1.040 voluntarios y 6.653 socios. Estos últimos aportaron 1,4 millones de euros durante el 2018.