A las reclamaciones de medios materiales y de equiparación salarial se une el riesgo con el que conviven día a día los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Zaragoza. El antiguo cuartel de Mayandía es el que más acusa el paso del tiempo, ya que su construcción data de 1945, y los trabajos de mantenimiento que se han ido realizando en él han sido meros parches. El último, el pasado año, recibió una dotación económica de 60.800 euros, para reparar pilares en los que se había perdido el hormigón, reponer ladrillos desprendidos de la fachada o para implementar una primera fase del sistema contraincendios.

En el 2016, este edificio policial no pasó la inspección técnica municipal. Los especialistas encargados de realizarla tan solo salvaron la estructura interna y su cimentación, que la calificaron de «favorable». El resto de elementos como las fachadas, las instalaciones eléctricas o las tuberías suspendieron el examen.

Como publicó en aquel tiempo EL PERIÓDICO, los oficiales del servicio del Ayuntamiento de Zaragoza destacaron que gran parte de los aleros, cornisas, voladizos o miradores presentaban riesgo de desprendimientos. También resaltaron que el ladrillo general de la fachada en encontraba en estado degradado por los agentes climatológicos e, incluso, había revestimientos de zócalos que habían desaparecido. En aquel momento no había vierteaguas por lo que el deterioro aumentaba.

Otros elementos

Otros elementos en mal estado que destacaron fueron los lucernarios, claraboyas, antenas y hasta las ventanas. El informe aseveraba que las carpinterías estaban en mal estado de forma generalizada. La madera está rota, desencajada, con ausencia de burletes, sin cristal y con falta de tratamientos que evitaran que la situación empeore todavía más.

La instalación eléctrica tampoco está mejor. Aseveraron que está mal dimensionada, que las conducciones no presentan aislamiento y que hay hasta conexiones incorrectas. Esto podría desembocar en algún cortocircuito.

Otra de las incidencias que presenta General Mayandía es la pavimentación del patio interior en el que se aparcan los vehículos policiales, ya que alternan zonas adoquinadas con otras de hormigón y hasta grava, así como la falta de equipos de climatización.

A todo ello se une la insalubridad en el interior de las dependencias, tal y como han denunciado en varias ocasiones desde los sindicatos policiales, con la aparición de ratas y otras plagas de insectos. La Guardia Civil también sufre este problema y, en especial, las instalaciones del edificio del barrio de Casetas. La dolina sobre la que se edificó el cuartel presenta un importante riesgo en lo que respecta a la estabilidad y seguridad. La Dirección General de la Guardia Civil llegó a enviar en el 2017 a sus técnicos para estudiar la gravedad de las grietas aparecidas y si puede haber riesgo de derrumbe.

El problema se remonta a los inicios. Ya hubo que volar un ala entera poco después de su inauguración, en la época de Luis Roldán al frente de la Benemérita y que fue condenado por las comisiones que cobraba de las constructoras que edificaron gran cantidad de cuarteles por toda España, entre ellos el de Casetas.El suelo está totalmente resquebrajado, lo que ocasiona, además, insalubridad, debido a que por esas rendijas se cuelan hormigas. Asimismo, para prevenir un colapso de la estructura del cuartel hay zonas que fueron apuntaladas. El problema principal afecta a las oficinas y a la zona del aparcamiento.