Cuando es día de partido, muchos bares se preparan para afrontar una velada llena de griterío y bebida. O no. La travesía por el desierto del Zaragoza en Segunda se está notando. Y mucho. Eso sí, el año pasado la ilusión de la afición volvió a números positivos y eso en la hostelería también se nota. Lejos del estadio, las zonas comunes de la hinchada son los bares. Y más si el partido es emitido por las plataformas de pago.

Vamos con los ejemplos. En el zaragozano barrio del Arrabal hay dos lugares donde de siempre se ha vivido el zaragocismo junto a la barra. En La Estación 10 es donde más acuden los vecinos cuando se televisa al equipo. «Viene bastante gente cuando ponemos al Zaragoza aunque de normal ya vienen bastantes cuando hay fútbol», relata uno de los camareros.

Otro punto importante de este barrio de la margen izquierda es el Sobrarbe 63. Un local que rezuma zaragocismo. Banderas, bufandas, fotografías de cuando el equipo fue glorioso... ¡Qué tiempos!. «Cuando el Zaragoza estaba en Primera había muchísimo ambiente y la gente venía con camisetas y bufandas, pero con el descenso a Segunda se notó mucho que ya no había la misma ilusión», comenta Ángel García, propietario del Sobrarbe 63. «Antes recuerdo que había bastantes personas cada fin de semana y ahora no vienen ni la mitad», explica Sergio Fernández, camarero del bar. «Además, la gente ahora lo suele ver en casa cuando lo echan en abierto y solo vienen aquí si es en un canal de pago», añade.

«El descenso fue un palo. La gente perdió la ilusión. Menos mal que en la última temporada, con jugadores de la cantera y haciendo bien las cosas, los aficionados se volvieron a enganchar. Hace años, teníamos que habilitar el salón para que pudiesen verlo todos los que venían. Y ahora no. Estamos como locos por que el Real Zaragoza ascienda», asevera Ángel García.

Otro de los territorios habituales del zaragocismo es la zona de la Universidad. Es usual encontrar a seguidores del equipo aragonés en los bares de esta zona, ataviados con sus camisetas y bufandas, especialmente si se trata de un partido importante. «Cuando fue la final del playoff contra Las Palmas fuimos a verlo al Luces de Bohemia», cuenta Miguel Blanco. «Había mucha gente y este año para el encuentro de ida contra el Numancia fuimos al bar El Cuco y estaba lleno de gente viendo el partido», añade Mario Delgado. «Cuando hay partidos fuera de casa nos gusta ir allí a verlos juntos porque disfrutas más que si lo ves solo en casa», comenta Isaac Tena.

Más allá del zaragocismo militante, si algún bar se ha ganado a pulso los galones de ser lugar de referencia del deporte televisado en la capital aragonesa ese es The Irish Pub, en la calle Cádiz. Tres décadas después, a ningún aficionado de la ciudad se le escapa la clara apuesta de este establecimiento por el fútbol pero, sin olvidar otras disciplinas y acontecimientos deportivos, empezando por las grandes citas de rugby. Eso sí, manda la Premier. Por algo es un pub con aspecto de pub, espíritu de pub y ambiente de pub. «Somos un punto de encuentro para mucha gente británica que vive en Zaragoza. Y no solo británica, también de muchos otros países. Para muchos, somos como su segunda casa. Por ello la Premier para nosotros es sagrada». Son palabras de Saul Quinn, el encargado, que añade que eso no quita para que en el Irish se vean los partidos del Real Zaragoza y, cómo no, los grandes duelos de la Liga española. «El pub tiene dos plantas, en las que se reparten cuatro pantallas grandes y diez teles. Y podemos poner partidos distintos en distintas pantallas al mismo tiempo». La descripción de Quinn es suficiente para hacerse un idea.

Donde tampoco les falta espacio es en el 16, en César Augusto. Ni pantallas gigantes. «El 16 admite muchos ambientes a lo largo de toda la jornada y obviamente no somos ajenos al peso que tiene el fútbol y lo mucho que le gusta a la mayoría de la gente», cometa Víctor Laborda, referente del 16 de día y de noche. «Tenemos dos proyectores enormes y además tres teles y lo normal es que a la hora de los partidos siempre haya uno puesto. Para los encuentros más importantes, ya ni te cuento el buen ambiente de fútbol que se respira. A la gente le gusta el fútbol en pantalla gigante», añade Víctor Laborda.

También de buen ambiente de fútbol presumen en muchos bares de Huesca en los que se acostumbra a ver fútbol, y más ahora que el equipo disfruta del mejor momento de su historia. Ejemplos claros son el bar Loreto, sede de la peña Fenómenos Oscenses, o el bar Álvaro, que da techo a la peña 15/06. El responsable de este último local, Álvaro Gracia, explica cómo los 150 miembros del peña suelen ir a El Alcoraz siempre que el Huesca juega en casa, y cómo el bar se convierte en una fiesta azulgrana cuando el equipo visita otro campo. «Es tremendo cómo vivimos los partidos aquí, delante de la tele». La peña 15/06 lleva este nombre en recuerdo de la fecha en la que el Huesca ascendió a Segunda: 15-6-2008. «Durante un tiempo, en Segunda, teníamos contratado Movistar y Vodafone, este último para ver los partidos del Huesca. Tener fútbol en el bar nos costaba más de 600 euros mensuales. Ahora tenemos solo Movistar Bar y pagamos algo más de 300», explica Gracia.

También Movistar es la plataforma contratada por el restaurante Pirenarium en Sabiñánigo, donde se ubica la sede de una de las peñas que se han creado este año en torno al Huesca. Se trata del Frente Serrablés, con apenas un par de meses de vida. «Aquí no falta fútbol en la tele nunca y menos cuando juega el Huesca. Viene gente de Sabiñánigo, sí, pero también de los alrededores», comenta vía telefónica Silvana Salazar, que añade que la emoción por el Huesca la pasada temporada fue tal, que al final la peña se creó por generación espontánea. Y todavía queda lo mejor: «Ver al Huesca en Primera va a ser impresionante».