Los catalanes residente en Aragón pidieron ayer evitar «el fuego cruzado» de la política. El presidente de la casa regional en Zaragoza, Jordi Oriol, defendió que desde la fundación tratan de «buscar lo que une» para que no se produzcan divergencias entre las casi cien familias que colaboran con la agrupación.

En estos días están inmersos en la conmemoración de la Diada, cuyo acto principal tendrá lugar el lunes que viene. «La trayectoria de nuestra agrupación siempre ha sido la de evitar recelos, pero eso sin olvidar la tierra de la que venimos», expresó Oriol.

No temen que decisiones como la que ayer se tomó en el parlamento catalán afecten a su relación con los vecinos de Zaragoza. «Somos muy abiertos y nos gusta explicar la realidad catalana para ejercer de puente entre las dos comunidades», indicó.

En la jornada de ayer proyectaron varios audiovisuales relacionados con el patrimonio cultural de la Costa Dorada. Y entre los actos previstos para esta semana se incluye un ciclo de cine sobre la memoria histórica y una exposición sobre el arte modernista en la provincia de Tarragona.

nuevas generaciones / Oriol manifestó que las nuevas generaciones de catalanes ya nacidas en Aragón no están tan interesadas como sus padres en lo que pasa en su comunidad de origen. «Tienen mucho respeto por lo que significa Cataluña para sus padres, pero su mentalidad es muy distinta», reconoció.

Quienes también observaron con recelo las disquisiciones políticas del parlamento catalán fueron los dirigentes políticos aragoneses. En las redes sociales limitaron su actividad al máximo y en algunos casos evitaron pronunciarse en público. Tiempo habrá de marcar distancias ante una votación que las direcciones estatales de casi todos los grupos ya se encargaron de rechazar.