La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y la DGA se han puesto manos a la obra con la máxima urgencia para evaluar los daños ocasionados por los vertidos químicos de una empresa peletera catalana en una zona de los Monegros comprendida entre Fraga y Candasnos, conocida como La torraza de Dios. Técnicos de la CHE comenzaron a trabajar ayer sobre el terreno para comprobar si existen acuíferos subterráneos afectados por los más de 200.000 litros de distintas sustancias tóxicas que se arrojaron.

Como ya adelantó EL PERIODICO DE ARAGON, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Huesca solicitó la colaboración al organismo de cuenca el pasado jueves, después de corroborar que la tierra sobre la que se echaron los productos, altamente tóxicos, sí está contaminada. Casi un año de investigaciones del Seprona oscense, barcelonés e ilerdense han servido para destapar una grave agresión al medio ambiente, que se confirmó el pasado 29 de julio, cuando agentes de Huesca sorprendieron a un camionero de una compañía de transportes de Lérida deshaciéndose de los residuos en pleno paraje monegrino. El individuo llegó a confesar que sólo en una semana se había desprendido de 60.000 litros, pero alegó que desconocía el contenido de las cubas en las que los transportaba.

Fuentes de la CHE explicaron a este diario que un técnico superior y miembros del Servicio de Guardería Fluvial comenzaron a estudiar ayer si hay corrientes subterráneas de agua en los terrenos y si éstas se encuentran contaminadas por los residuos, que entre otras sustancias contienen altas concentraciones de amoniaco. Todo hace indicar que la superficie sobre la que se han arrojado los vertidos es de unas 14 hectáreas --el equivalente a 14 campos de fútbol--.

Y aunque las primeras suposiciones apuntan a que en la zona no existen acuíferos que se aprovechen para la agricultura o el consumo humano, los expertos prefieren ser prudentes antes de emitir sus conclusiones. De hecho, aún queda mucho trabajo por hacer, como tomar muestras de agua en diferentes puntos y estudiar los mapas de la zona.

Por otra parte, el Gobierno de Aragón se ha sumado a las investigaciones del Juzgado de Instrucción Número 4 de Igualada (Barcelona), lugar de origen de la peletera.

Justo el mismo día en el que este diario publicaba los datos sobre la cantidad de los vertidos, la Consejería de Medio Ambiente de la DGA, a través de su máximo dirigente, Alfredo Boné, anunció una investigación de apoyo a la llevada a cabo desde la CHE. "El departamento ha recibido información puntual sobre el caso. Por eso, hoy --por ayer-- he ordenado que se ponga en marcha una inspección complementaria a las diligencias abiertas por la Guardia Civil", apuntó el consejero. Para ello se movilizarán agentes de Protección de la Naturaleza, aunque el director del Servicio Provincial de Medio Ambiente de Huesca ya visitó ayer el lugar. Además, el Ejecutivo aragonés no descarta personarse como acusación particular.