Desde la devastadora riada del Ebro en el año 2015 hasta la sucedida este mes de abril, en el que los efectos están todavía por evaluar, se han ido sucediendo diversas obras de reparación en la ribera con el objetivo de recuperar las infraestructuras dañadas hace tres años y construir nuevos elementos de defensa que minimicen la percepción de riesgo que sufren año tras años los habitantes de los municipios ribereños. En total, según los datos proporcionados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), las obras de urgencia acometidas desde el 2015 están al 99% de la ejecución y se han invertido unos 30 millones de euros. De una u otra magnitud, se han realizado 1.500 intervenciones.

Entre esas se incluyen tres tipos de acciones: las 1.397 acciones generales de reparación en cauces, tanto del Eje del Ebro, margen izquierda y margen derecha, afectados en distintos episodios en Álava, Burgos, La Rioja, Navarra, Zaragoza, Soria, Teruel y Tarragona; la reparación de más de 38 estaciones de aforo y la instalación de dos nuevos sensores para la medición de caudales en la cuenca y por último, las dos fases de intervenciones para la mejora de seguridad de núcleos urbanos.

VISIBILIDAD

Algunas de estas obras han sido determinantes para que la avenida extraordinaria de este mes haya tenido menores consecuencias. O al menos así se ha constatado en algunos municipios donde el impacto --en una primera evaluación-- ha sido menos negativo que en el 2015. Es el caso de Pradilla y Boquiñeni, donde los trabajos de desbroce y limpieza del puente sobre el Ebro, así como alguna rebaja de motas ha favorecido el transcurso del río.

En general, la mayor parte de las obras han consistido en la limpieza, la restauración de márgenes y la reposición de infraestructuras en cauces en todas las provincias. Asimismo, y como una cuestión prioritaria para el organismo de cuenca y el resto de administraciones implicadas, se ha tenido especial interés en aquellas obras que han supuesto un refuerzo de la seguridad de los núcleos urbanos, para evitar problemas de seguridad en las personas.

En el tramo aragonés de la cuenca, la CHE ha realizado las siguientes intervenciones: en Zaragoza, 836, con una inversión de 16,9 millones de euros, que corresponden: 812 a acciones en cauce (9,6 millones de euros); 14 seguridad núcleos (7 millones) y 10 estaciones de aforo (246.107 euros). Además, en la provincia de Huesca se ha reparado una estación de aforo (39.789 euros) y en Teruel se ha realizado una actuación general en cauce y una reparación de aforo (suman 73.746 euros).

Estas obras han podido mejorar la situación, pero siguen siendo insuficientes para los habitantes de la ribera, que siguen reclamando más obras y en especial en el cauce del río, permitiendo la extracción de áridos y gravas que favorezcan la circulación del agua sin obstáculos que la taponen. En principio, la CHE no se opone a extracciones de este tipo en diversas áreas concretas, de limpieza y desbroce, sin que ello suponga realizar dragados muy costosos, escasamente eficaces y que además vulneran normativas medioambientales. Los alcaldes de los municipios afectados, así como numerosos agricultores, coinciden en que el dragado no es la solución, pero sí más labores de limpieza en el río y que se permita la explotación de los distintos sedimentos y materiales de arrastre que lleva el río.

Junto a ello, se siguen retranqueando motas, se reparan las dañadas y se amplía la zona de inundación y reducir la altura de la lámina de agua en circulación frente a estos núcleos o al atravesarlos.

El Gobierno de Aragón, por su parte, ha estimado en 80 millones la inversión necesaria por parte de todas las administraciones implicadas, para acometer una gestión integral del río en su tramo aragonés, que minimice el impacto de las riadas y permita reducirse la percepción de riesgo de los habitantes ribereños, que además se muestran especialmente enfadados al considerar que el agua tiene cada vez más nivel de altura con menos volumen en el cauce, algo que lo achacan precisamente a la falta de actuaciones.