Ese es el tiempo que ha transcurrido desde que 37 familiares de las víctimas del accidente del Yak-42 se desplazaran a Estambul para cotejar su ADN con las más de 80 muestras de huesos, tejidos y dientes que posee el Instituto Toxicológico de la ciudad. El retraso en la realización de las pruebas se ha debido, según los forenses turcos, a las complicaciones derivadas de las muestras tomadas a hermanos y hermanas de los fallecidos.