La enfermedad de Alzheimer, la forma de demencia más destructiva de las que afectan al ser humano, se multiplica de forma alarmante en los países desarrollados, sin que los gobiernos pongan los medios necesarios para afrontarla. En España, donde el mal se ha diagnosticado a unas 600.000 personas, miles de afectados por esta demencia viven en sus casas sin diagnóstico, tratamiento o apoyo para sus familias, expusieron ayer en Madrid los científicos participantes en el Encuentro de Expertos en Demencias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado que las cifras de afectados por el mal de Alzheimer se habrán triplicado en Occidente antes del 2040.

Este horizonte ha llevado a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer en Aragón (Afeda) ha organizar un acto lúdico y reivindicativo en Zaragoza, para reclamar más recursos contra esta dolencia.

Sólo en esta comunidad autónoma, se calcula que existen unos 20.000 afectados. Aún así un estudio sociosanitario realizado a nivel nacional en el año 2000 apuntaba ya que el 90% de los pacientes sigue sin diagnosticar y el 85% no recibía ayuda. Además, según Afeda, cada paciente cuesta a la familia cuidadora unos 35.000 euros anuales y no sólo afecta a personas mayores. En el 10% de los casos se trata de menores de 65 años, en edad laboral.

RALENTIZAR EL PROCESO Esta enfermedad es ya un grave problema sociosanitario y económico en los países que, como España, se rigen por los principios del Estado del bienestar. Las medidas dirigidas a afrontar las duras circunstancias en que transcurre el proceso exigen una dedicación económica que, según los expertos, debe incluir medios para detectar el mal en sus inicios: el Alzheimer no se cura, pero sí que es posible ralentizar sus consecuencias, aseguran.

La creación de una red de hospitales de día, talleres de estimulación psicomotriz y centros sanitarios o residencias especializadas de financiación semipública es otro aspecto ineludible si se quiere afrontar seriamente el problema, añaden.

"El proceso degenerativo que caracteriza al Alzheimer, la destrucción de neuronas, no se puede frenar, pero, diagnosticado en su fase más inicial, es posible ralentizar los efectos de esa pérdida", afirma el doctor Rafael Blesa, responsable del servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau, en Barcelona, y presidente del encuentro de Madrid.

El mal de Alzheimer, para el que la OMS convoca el martes su día mundial, consiste en un proceso neurodegenerativo progresivo, de origen desconocido y sin tratamiento farmacológico eficaz. Las células neuronales, encargadas de transmitir la información que rige las funciones del cerebro, mueren (se cree que por fallo genético) dejando tras de sí una sustancia, la proteína amiloide, que se agrupa y engancha so

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